En la causa por extorsión en la que aparecen en la mira el falso abogado Marcelo D’Alessio y el fiscal Carlos Stornelli, la justicia de Dolores dará mañana un paso de importancia: se peritarán los celulares, tanto de D’Alessio como del denunciante, el empresario Pedro Etchebest. Un punto clave de esa pericia será verificar la autenticidad de los chats entre D’Alessio y Stornelli, que por ahora coinciden mucho con las reuniones y hechos que denunció Etchebest y que derivaron en la exigencia de 300.000 dólares para aliviarlo de una supuesta situación complicada en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Ni bien el juez de Dolores le pidió a su par de Comodoro Py, Julián Ercolini, los chats que figuren también en el celular de Stornelli, el magistrado porteño se despachó exigiéndole al de Dolores que deje de investigar y que le entregue el expediente. Tanto Stornelli como D’Alessio quieren jugar de locales en Comodoro Py, por lo que empezó una disputa de competencia para salvar al fiscal. La disputa tardará, como mínimo, un mes. En el expediente declaró el lunes Sebastián Barreiro, otro damnificado que igualmente sostuvo que le pidieron plata y que pagó 40.000 dólares a otro abogado que mencionó que gran parte del dinero iba para Stornelli. Y eso fue en octubre, hace cuatro meses. La acusación es que el fiscal no hizo nada, pese a que un hermano de Barreiro le dijo que los estaban extorsionando. 

Fiscal

El que está en el centro de la causa judicial no es D’Alessio sino Stornelli. Pese a ser un referente tomado muy en serio por el fiscal y por el periodismo, ya está probado que D’Alessio no es abogado ni se recibió de nada. El sitio Infobae publicó su curriculum universitario: en nueve años aprobó 22 materias en la carrera de Contador y lo bocharon en 13 oportunidades. 

Pese a los deshonores académicos, el juez de Dolores lo acusó de integrar una asociación ilícita dedicada a extorsionar. Es obvio que el magistrado investiga también a Stornelli: por eso pide sus whatsapp. Y también se consigna en la imputación el encuentro de Pinamar y se transcribe que el denunciante, Etchebest, recibió un apretón de manos del fiscal, como una especie de firma del acuerdo. En la mira están igualmente los dos comisarios retirados de la Policía Bonaerense, Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, que supuestamente le encargaron a D’Alessio que investigue a Etchebest. Los ex uniformados se presentaron como miembros de la Agencia Federal de Inteligencia. Se supone que ese elenco, más algunos abogados, conforman la asociación ilícita dedicada a extorsionar.

Celulares

Los celulares son claves en esta historia porque hay intercambios de whatsapp entre todos los protagonistas. Hay un mensaje en el que el falso abogado, D’Alessio, le dijo a Stornelli “yo me ocupo de Pedro”, es decir de Etchebest, como prólogo a la extorsión. Hay otro mensaje en el que Stornelli le pide a D’Alessio que le arme una cámara oculta a un abogado defensor, José Manuel Ubeira. Están los whatsapp en los que pactan el encuentro de Pinamar, en el que D’Alessio y Stornelli se reunieron tres horas, luego se fueron a dar una vuelta en camioneta y, al regreso, D’Alessio le pidió 300.000 dólares a Etchebest. El empresario llegó a pagar 14.700 dólares en dos veces. 

El abogado Maximiliano Rusconi se preguntaba ayer por qué esa larga reunión, en un balneario de Pinamar, o sea fuera de la fiscalía, se realizó sin que haya constancias de nada en el expediente. “¿A qué tienen acceso las defensas?”, inquirió el letrado. 

Toda esta actividad oscura es la que se buscará mañana en las pericias sobre los celulares, en las que intervendrán especialistas de la Prefectura Nacional y técnicos designados por el juzgado que encabeza Alejo Ramos Padilla.

En guardia

Los pasos adelante en Dolores erizaron la piel de Comodoro Py. Stornelli tardó varios días en ponerse en marcha pero terminó denunciando a D’Alessio por defraudación, es decir porque le usó el nombre para pedir dinero. El sorteo dejó a cargo de ese expediente a Julián Ercolini, magistrado alineado con la alianza judicial-mediática-política que sintoniza con Cambiemos. 

Un dato no menor es que Stornelli no entregó su celular para ser peritado inmediatamente, pese a que se trataba de una prueba que -si no tuvo nada que ver- ayudaba a desincriminarlo en forma rápida. 

Lo concreto es que cuando Ramos Padilla le pidió a Ercolini los chats entre Stornelli y D’Alessio en el celular del fiscal, el magistrado de Comodoro Py le reclamó al de Dolores que se aparte del expediente porque los dos pagos se hicieron en Buenos Aires. 

Por lo que se sabe, Ramos Padilla le dará vista a las partes, es decir al fiscal y a los abogados de Etchebest y luego resolverá. Además, desde hace días está el pedido de Etchebest de que todo se investigue en Dolores, o sea que Ercolini se inhiba de intervenir. 

La contienda podría derivar en que Ramos Padilla diga que no y el caso llegue a su superior, la Cámara Federal de Mar del Plata, mientras que Ercolini hará lo propio con la Cámara Federal de Comodoro Py. Si aún así no se dirime la competencia, tendría que resolver la Casación nacional donde también hay un alineamiento mayoritario con la Casa Rosada y una protección previsible para Stornelli. 

Más extorsión

Como ya adelantó este diario, el lunes declaró Sebastián Barreiro, hijo de Ricardo Barreiro, uno de los históricos colaboradores de los Kirchner en El Calafate. Como rige el secreto de sumario no hubo acceso a los textuales de la declaración, pero PáginaI12 ya adelantó el sábado que los Barreiro fueron el centro de una puja por sacarles dinero, en nombre de Stornelli, por parte de dos estudios de abogados, uno encabezado por Luis Vila y el otro por D’Alessio. 

Los hermanos Barreiro –Sebastían y Claudio– presentaron grabaciones de cómo los fueron extorsionando e incluso Claudio Barreiro fue a declarar ante Stornelli porque supuestamente corría peligro de ir preso. Es más, su detención fue anunciada por periodistas aliados a D’Alessio. Claudio se presentó espontáneamente ante Stornelli, declaró, le dijo al fiscal que lo estaban extorsionando, pero nada de eso aparece en el expediente. Todo ocurrió en octubre y habrá que ver qué dice el fiscal porque no hubo acción alguna contra los supuestos extorsionadores. 

Quien hizo la gestión para sentar a Barreiro con Stornelli fue el abogado Luis Vila, socio de otro conocido abogado, Fernando Archimbal. Vila invocó que a Stornelli había que pagarle 40.000 dólares por admitir esa declaración espontánea y, según le dijo Barreiro al juez, se entregó esa suma de dinero en casa del abogado Vila. Supuestamente hay audios de la exigencia y del pago y diálogos en los que se dice que de la declaración en la fiscalía “se borró todo, se rompió todo”. El juez tendrá que corroborar los dichos del nuevo denunciante.