Con tres espectáculos bien diversos y la fuerte convicción de que la cultura es “una política pública para la inclusión”, el cada vez más reconocido Teatro Roma de Avellaneda inicia hoy un ciclo de espectáculos infantiles con entrada a la gorra. Según Roberto Mariani, director responsable del teatro, “la idea es sumarle a la opción de la colonia para chicos, más recreativa y deportiva, una opción cultural, además de intentar llegar cada vez más a los que no tienen la costumbre ni el acceso a los espacios culturales”.

Hasta el 18 de febrero, tres espectáculos rotarán por la sala del teatro del partido del conurbano bonaerense, con tres presentaciones por semana cada uno. “Más que infantiles, son propuestas que tienen que ver con la familia”, define Mariani, que viene de las ciencias sociales y trabajó varias años en derechos de infancia. “Cuando programás estos espectáculos no sólo atraés al chico sino que incluís a todo el espectro familiar, algo que en muchos casos puede ayudar a reconstruir lazos que están dañados”, sostiene el director, que contempló que el horario de las funciones sea de tarde, para que puedan ir también los adultos.

Hoy, mañana y pasado a las 18 será el turno de Un cuento negro, una adaptación teatral del cuento “Negro”, de Liliana Bodoc, a cargo de la Compañía Tres Gatos Locos. La obra de texto está protagonizada por Galileo Bodoc y Federico Costa y cuenta la historia de un deshollinador que una mañana se encuentra con una mujer que aparentemente es la muerte. Por otro lado, el jueves 9, viernes 10 y sábado 11 la Compañía Payasos sin carpa hará un homenaje al circo criollo, emblemático género rioplatense, a través de rutinas tradicionales y un gran final. Por último, el jueves 16, viernes 17 y sábado 18 se verá El soplador de estrellas, una pieza a la que sus responsables, los integrantes de la Compañía El Circuete, definen como “una obra de dos seres que habitan un mismo mundo.”

“Las tres obras son bien distintas pero tienen algo que ver: la calidad. La accesibilidad per sé no es nada, es una puerta hacia la nada. Si queremos realmente construir audiencia y que eso signifique una política pública inclusiva hay que afinar el lápiz de la selección y apuntar a espectáculos que además de accesibles sean buenos. Ese es el desafío del Teatro Roma para el 2017, sobre todo en el contexto de una plaza tan deprimida”, afirma Mariani en referencia a la baja en cantidad de espectadores en todo el país. “Es nuestra tarea que nuestro teatro siga siendo clave en la ruta cultural de la provincia, y que nuestra sala esté al servicio de todos”, cierra.