En La mujer bomba, obra de la dramaturga croata Ivana Sajko, una autora escribe un monólogo sobre las sensaciones y pensamientos que invaden el cuerpo y la mente de una activista suicida en los últimos minutos de su vida. La directora Gabriela Felperin y la actriz Magalí Meliá, quienes acaban de estrenar este texto en El Método Kairós, cuentan en conversación con PáginaI12 que el proyecto comenzó a tomar forma cuando la periodista Aída Giacani leyó el texto y decidió conformar un equipo para llevarlo a escena. La puesta es, según subrayan, el resultado de un proyecto creativo puesto en marcha a partir de un texto que trata... precisamente del desarrollo de un proceso creativo.

Porque a diferencia de otras lecturas posibles de esta pieza ya estrenada en Buenos Aires, para ellas el tema del accionar terrorista no está por delante del asunto de la creación: así, aclaran que según su mirada ambos personajes están a punto de explotar, aunque de diverso modo: una para afuera, la otra por implosión. Según observan ambas mujeres, las dos inteligentes, sensibles y cerradas por igual, transitan una situación límite. El sentimiento de urgencia que provoca la conciencia del poco tiempo que les queda es lo que le otorga a la obra su conflicto principal.

Es por esto que los demonios de la creación y los que pueda aportar la adrenalina que genera el saber que se está a punto de volar por el aire están presentes en la escenografía. Obra de Marcelo Valiente, es una suerte de “bosque antropomórfico de tiempo y palabras”, según definen, unos engranajes que remiten al tiempo que pasa y al reloj propio de una bomba activada, piezas éstas que tienen la forma de partes de cuerpos, a las que se suma la imagen del rostro de la protagonista. El espacio sonoro es obra de Jerónimo Romero y Matías Aisenberg.

“La intención del terrorismo suicida es provocar un daño psicológico devastador que intime miedo profundo y conmoción”, describe el texto ni bien comienza. “Su objetivo es provocar efectos psíquicos negativos sobre la población entera y no sólo sobre las víctimas directas de un ataque particular”, afirma. Según aclara la autora, la obra fue estructurada en base a artículos de prensa, investigaciones y documentos de centros internacionales para la lucha contra el terrorismo. Lo disímil del material utilizado es, tal vez, el origen de las contradicciones que aparecen en el discurso del personaje único de la obra, cuyo punto de vista oscila entre la propia narradora y la mujer a poco de inmolarse. 

Estas contradicciones que rondan diferentes aspectos, pero que hacen a la justificación o a la condena de una acción tan radical, son parte del atractivo que presenta esta pieza, que cobra un interés político singular al detenerse a enumerar casos verídicos de mujeres en las mismas circunstancias que la protagonista. Dramaturga graduada en la Academia de Artes Dramáticas de Zagreb, Sajko hoy vive en Alemania y es una de las teatristas más activas de Berlín.

Y aunque la obra fue escrita en torno a situaciones de violencia registradas en la región de origen de la autora, Felperin y Meliá cuentan que durante los ensayos el texto de Sajko parecía dialogar con las tapas de los diarios de todos los días, “lo cual deja atravesada la obra por nuestra realidad política y social”, cuentan, refiriéndose a las manifestaciones feministas de 2018, a las reacciones sobre femicidios, abusos y violaciones. Asimismo, según aclaran directora y actriz, la obra también habla acerca de los hechos históricos que luego “se convierten en hitos del consumo y corren el peligro de banalizarse”.  

* La mujer bomba, El Método Kairós Teatro (El Salvador 4530), jueves a las 21.