Un hogar compuesto por dos personas de 35 años con dos hijos varones de 9 y 6 años y que es propietaria de su vivienda, requirió en enero ingresos por 25.794,11 pesos para no caer en la pobreza o 12.721,73 pesos para alimentarse y no ser indigentes. Los datos elaborados por la Dirección de Estadísticas y Censos porteña marcaron un aumento del 50,9 por ciento en doce meses para la línea de pobreza y una escalada de 52,8 por ciento en la referencia utilizada para establecer el umbral de la indigencia. El informe permite anticipar que los niveles de pobreza e indigencia en la Ciudad de Buenos Aires continuaron en ascenso al comenzar 2019. Las últimas estimaciones oficiales disponibles mostraron que uno de cada cinco porteños era pobre. Las cifras correspondientes al tercer trimestre de 2018 equivalen a 639 mil individuos con ingresos por debajo de la línea de la pobreza. 

El informe elaborado por las autoridades estadísticas porteñas ofrece varias canastas para estimar los umbrales de pobreza e indigencia de distintos hogares. En el caso de una pareja de jubilados que son dueños de su vivienda el piso para no ser pobre trepó 52,3 por ciento en los últimos doce meses para llegar hasta los 16.884 pesos. Los aumentos exhibidos por los principales medicamentos que requieren los adultos mayores así como el impacto de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria aprobada en diciembre de 2017 evidencian el empeoramiento en las condiciones de vida de los jubilados y pensionados. 

Entre los cinco tipos de hogares contemplados por las autoridades estadísticas porteñas solo uno considera que los individuos alquilan su vivienda. Una pareja compuesta por una mujer y un varón de 25 años de edad que trabajan requirió 15.154 pesos para no ubicarse por debajo de la línea de la pobreza, un aumento de 50,4 por ciento en doce meses. Para un hogar con idéntica composición pero que son propietarios necesitó 18.745 pesos para superar los niveles de pobreza. Así, para el gobierno porteño 3519 mensuales marcan la diferencia de ingresos entre alquilar un inmueble o ser propietario.

De acuerdo a la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires aquellos hogares compuestos por una pareja de 35 años de edad, económicamente activos y propietarios de la vivienda, con dos hijos varones de 6 y 9 años que perciben ingresos entre 25.794 y 32.472 pesos mensuales pertenecen al estrato “vulnerable”. O sea, las familias dentro de ese segmento están más expuestas a ser consideradas pobres frente a pequeños cambios en sus niveles de ingresos. El siguiente estrato es el denominado “medio frágil” que oscila entre 32.742 y 40.590 pesos mensuales por hogar. La “clase media” exhibe un ingreso total familiar entre 40.590 y 129.888 pesos por mes y los sectores “acomodados” son aquellos que superan ese nivel de ingresos máximo. 

En enero el Indice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires registró un incremento de 3,8 por ciento frente a diciembre del año pasado mientras que trepó 48,6 por ciento en doce meses. La estimación mensual se ubicó casi un punto por encima de la del IPC elaborado por el Indec para enero que marcó un 2,9 por ciento frente a diciembre. Entre los rubros que mostraron los aumentos más significativos, por su peso en la canasta, se destaca Transporte que subió 5 por ciento debido a la entrada en vigencia de los nuevos cuadros tarifarios para colectivo, subte y tren de corta distancia, sumados a la inercia de las subas del taxi y subte del mes previo. El ítem  Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles tuvo, por su parte, un incremento mensual de 3,8 por ciento impulsado por el alza en la tarifa del servicio de agua corriente que presta la empresa estatal Aysa. A lo largo del primer mes de 2019, las autoridades porteñas estimaron que Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó un 3,6 por ciento. En ese caso el impulso provino de las carnes y derivados (4,9), leche, productos lácteos y huevos (3,9) y pan y cereales (3,1). En tanto, recreación y cultura subió 6,1 por ciento, reflejando principalmente las alzas en los abonos del servicio de televisión y en menor medida, las subas en los precios de los paquetes turísticos y de los diarios y revistas.