El intercambio comercial arrojó en enero un superávit de 372 millones de dólares, según informó el Indec. Las exportaciones retrocedieron un 4,7 por ciento interanual, pero el saldo igual fue positivo porque las importaciones se derrumbaron un 26,5 por ciento debido a la suba que registró el dólar en el último año y la recesión económica.
El déficit de la balanza comercial comenzó a revertirse a mediados del año pasado luego de la disparada que registró el dólar. Los ochos primeros meses de 2018 habían arrojado un déficit interanual de 4435 millones, pero en septiembre se quebró la tendencia con un superávit de 314 millones. En octubre el superávit fue de 279 millones, en noviembre de 984 millones y en diciembre de 1369 millones, lo que redujo el rojo comercial a 3820 millones. En enero el superávit se mantuvo por quinto mes consecutivo, aunque se redujo respecto del mes anterior al cerrar en 372 millones de dólares.
Las exportaciones cayeron 4,7 por ciento por la baja en los precios ya que las cantidades no sufrieron modificaciones en el agregado. Las ventas de productos primarios aumentaron 12,6 por ciento y las de origen agropecuario un 6,5 por ciento, pero los productos industriales y los combustibles, cayeron 24,3 y 27,4 por ciento, respectivamente.
En el caso de las importaciones, la caída interanual fue de 26,5 por ciento y se explicó casi exclusivamente por la caída en las cantidades ya que los precios bajaron apenas 0,2 por ciento. El retroceso fue generalizado en todos los rubros. Las compras de bienes de capital bajaron 41 por ciento, las de bienes intermedios 4,3 por ciento, las de combustibles y lubricantes 30,6 por ciento, las de piezas y accesorios para bienes de capital 21 por ciento, las de bienes de consumo 34,4 por ciento y las de vehículos automotores de pasajeros un 57,1 por ciento.
“La baja en las importaciones viene acompañando la retracción en la actividad de acuerdo con su elasticidad histórica con la actividad económica, aunque exacerbada por un tipo de cambio real que en el mes de referencia se situó 25 por ciento por encima del mismo mes de 2018”, destacó la consultora Abeceb.com, del actual ministro de Agroindustria, Dante Sica.
Al interior de los grandes rubros, las mayores caídas se registraron en bienes de consumo durables (-60,6 por ciento), computadoras y teléfonos celulares (-43,9 por ciento), mientras que los bienes de consumo no durable (18,5 por ciento) y alimentos y bebidas (-20,5 por ciento) retrocedieron, pero en menor medida, lo que deja en evidencia la decisión de los hogares de recortar fundamentalmente los grandes gastos en contextos de caída real de ingresos, mientras intentan conservar consumos básicos como el de los alimentos.
Otra de las luces de alarma en el informe del Indec es la caída de 41 por ciento interanual en la importación de bienes de capital. Es la novena baja consecutiva y los especialistas coinciden en que la situación está lejos de revertirse porque la industria parece condenada a caer por un tobogán. “Probablemente sea el segmento que lidere la baja el resto del año, en un escenario donde las industrias limitan sus compras por la menor actividad y rentabilidad, y donde de acuerdo con datos de Indec el uso de la capacidad instalada es 56,6 por ciento (la menor en 15 años)”, subrayó Abeceb.
Las exportaciones, en cambio, se mostraron más estables. A nivel de producto, semillas y frutos oleaginosos (maní, girasol y fundamentalmente poroto de soja) registraron ingresos 128 por ciento superiores a enero 2018, apuntalando las exportaciones de productos primarios. Cereales (+15 por ciento) y pescados (+10 por ciento) también incidieron en el alza del segmento. En el caso de las manufacturas de origen agropecuario, la mejora de 6,5 por ciento interanual estuvo apuntalada fundamentalmente por el alza de 66 por ciento en los envíos de grasas y aceites, que aportaron 158 millones de dólares extra. Las manufacturas de origen industrial, que habían crecido 9,3 por ciento el año pasado, retrocedieron ahora 24,3 por ciento, influenciados centralmente por el retroceso de 47 por ciento en productos químicos y conexos, segmento cuyo exportable principal es el biodiesel.