Sentarse en el sillón. Alistar la televisión, la laptop, el celular o la tablet. Seleccionar la N roja y navegar. Poner Play. La secuencia se repite en millones de hogares del mundo con una naturalidad impensada hace media década. Pero detrás de esos pasos simples, casi automáticos, se despliega un universo empresarial cada hora más grande. El reciente anuncio de la apertura de una oficina en México, desde donde en los próximos dos años llevarán adelante 50 proyectos propios y en coproducción, sumado a las 13 nominaciones de sus películas para la inminente entrega de los Oscar (10 para Roma y 3 para La balada de Buster Scruggs) muestran –por si todavía hiciera falta– que Netflix es un actor fundamental de la actualidad audiovisual. Y que se está preparando para lo que viene.

El 2018 cerró con un aumento mensual constante de usuarios e ingresos mundiales, además de la exhibición de una capacidad extraordinaria para instalar sus producciones entre las preferencias del público, tal como se desprende del informe para accionistas  que la empresa divulgó a principios de año. Según lo anunciado, en el último trimestre de 2018 se sumaron 8,84 millones de clientes, llevando el total a 139 millones en el mundo y habilitando un par de brindis, ya que la previsión estimada era de 7,6 millones de nuevos usuarios. Con esas proyecciones, algunos analistas vaticinan que para 2021 Netflix alcanzará los 200 millones de suscriptores alrededor del globo.

Los casi 140 millones de clientes reportaron, solo durante 2018, más de 16 mil millones de dólares de ingresos. Alrededor de la mitad de ese total proviene de EE. UU. Por otro lado, los beneficios para la empresa superaron los 1,6 mil millones a lo largo de los últimos doce meses, dando un margen de ganancia del 10 por ciento. Un porcentaje que los directivos, siempre según el informe, esperan que llegue al 13 por ciento para fines de 2019.

La búsqueda de mejor rentabilidad tiene varios motivos. El principal es una deuda de 8.300 millones de dólares generada por el enorme volumen de series y películas producidas en los últimos meses. El segundo es, justamente, una apuesta por continuar en la senda de la generación de contenidos. En esa línea debe leerse el ingreso de Netflix a la Motion Picture Association of America (MPAA), un poderoso organismo de lobby conformado por Disney, Warner, Paramount, Sony, Fox y Universal, anunciado nada casualmente horas después de las 13 nominaciones al Oscar.

Producir con los grandes

Tampoco parece casual que los mismos estudios que hasta no hace demasiado tiempo veían al streaming como una amenaza para sus negocios le abrieran las puertas a Netflix. La inminente concreción de la venta de Fox a Disney no sólo dejará una silla vacía a la hora de tomar decisiones en la MPAA, sino también un importante agujero económico, en tanto todas las empresas aportan a la entidad unos 15 millones de dólares por año.

Es que Netflix es una de las usinas creativas más importantes de la actualidad audiovisual. Los 100 millones de dólares invertidos por la empresa radicada en California para House of Cards parecen una propina al lado de los más de 12.000 millones que gastó durante 2018 para financiar 80 películas y 700 series, shows y diversos programas. Una cifra que se elevará hasta los 14.000 millones para 2019, año en el que además planea una avanzada sobre el mercado latinoamericano.

Luego de haber gastado alrededor de 20 millones de dólares en la campaña de marketing de Roma, la compañía abrirá oficinas en México. Fue uno de los dos anuncios más destacados del evento FORO, realizado en la capital de ese país la semana pasada. El otro fue que participarán en la realización de 50 proyectos locales, entre series y películas. “La riqueza del talento que tiene México fue clave en la decisión que tomamos hace cuatro años cuando empezamos nuestra estrategia de producción original a nivel internacional con Club de cuervos. Desde entonces hemos expandido nuestra inversión”, afirmó allí el director ejecutivo de contenidos Ted Sarandos. Según la información oficial, ya hay cuatro películas en diferentes etapas de desarrollo.

Los números, al menos los de niveles de consumo, le sonríen. Sucede que una de las principales novedades del informe es que, por primera vez, la empresa hizo públicas algunas métricas de audiencia, una información que hasta el momento se reservaba para uso interno. Bird Box, la película de producción propia protagonizada por Sandra Bullock, fue vista por 80 millones de usuarios en menos de un mes, superando los 40 millones de las series You y Sex Education y los 20 millones de la española Elite. Para rankear en esa métrica es necesario que el cliente haya visto al menos el 70 por ciento.

Ajustar números

Acorralado entre la necesidad de producir y la obligación de achicar su deuda, Netflix anunció a mediados de enero un incremento de entre el 13 y el 18 por ciento –entre uno y dos dólares, según el plan– para los suscriptores de Estados Unidos, el mayor aumento desde que lanzó el servicio de streaming doce años atrás. “Cambiamos los precios a medida que continuamos invirtiendo en producciones y mejorando la experiencia general en beneficio de nuestros usuarios”, dijeron desde Netflix a The Hollywood Reporter www.hollywoodreporter.com/news/netflixs-largest-ever-price-hike-why-now-1176336.

Los mismos mercados que semanas antes habían mirado de reojo la performance económica –las acciones habían caído un 4 por ciento cuando se conoció el informe, alertados porque en Estados Unidos se sumaron “solo” 1,53 millones de abonados– celebraron los nuevos precios con una suba en las acciones del 6,5 por ciento, elevando la cotización del gigante del streaming hasta los 154 mil millones de dólares, según afirmó el portal estadounidense. Ese valor, diez veces mayor que el de Mercado Libre (la empresa argentina que mejor cotiza) y el doble que Warner, le permite posicionarse codo a codo con marcas de la talla de Mc Donald’s y Disney.

Mirar al futuro

Entre los series pautadas para 2019 se destacan The Umbrella Academy (disponible desde el último viernes), la última temporada de Orange Is the New Black y la tercera de Stranger Things. En materia de películas debe mencionarse Triple Frontier, de J. C. Chandor y con Ben Affleck y Oscar Isaac encabezando la marquesina; 6 Underground, con Michael Bay como director y el protagónico de Ryan Reynolds; y The Highway Men (traducida como Emboscada final, subirá a la plataforma el 29 de marzo), con dos pesos pesados intentando atrapar a Bonnie & Clyde: Kevin Costner y Woody Harrelson, dirigidos por John Lee Hancock. El plato fuerte es The Irishman, la esperada (y varias veces postergada) reunión de Martin Scorsese con Al Pacino y Robert De Niro.

La presencia de nombres rutilantes se debe a que Netflix, como buen ajedrecista, mueve las piezas intentando anticiparse a movimientos rivales. Horas después del anuncio del aumento de las suscripciones, NBC Universal oficializó el lanzamiento de su servicio de streaming para 2020. Por otro lado, Disney avanza en la creación de Disney +, con la idea de lanzarla en el otoño estadounidense de 2019. Lo mismo hace Warner con un servicio que estaría listo para fin de año e incluiría contenido de HBO. A alistar los pochoclos: la disputa por el trono del streaming está a punto de comenzar. Y las opciones van a multiplicarse.

* Para ver en la web: https://we.tl/t-cE3iTN6ofc