Mientras el gobierno intenta bajarle el precio a una eventual candidatura de Martín Lousteau, más dirigentes radicales salieron a respaldar su postulación y reclamarle al PRO que acepte la competencia interna en las PASO del 11 de agosto y también en las distintas provincias. El vicepresidente del Comité Nacional, Federico Storani, y el titular de la Convención Nacional, Jorge Sappia, reiteraron ayer su pedido para que la UCR lleve candidatos propios, línea que en los últimos días plantearon Alfredo Cornejo, Ricardo Alfonsín, Ramón Mestre y Ernesto Sanz, que a su vez expresan distintas corrientes al interior del partido. Las diferencias con el PRO se cristalizarán en la reunión de la Convención radical prevista para los primeros días de abril. Si bien el lugar no está definido, una opción podría ser Corrientes, gobernada por el correligionario Gustavo Valdés.
“Creo que Martín Lousteau puede hacer una muy buena elección e incluso lograr un triunfo”, se entusiasmó Storani, uno de los dirigentes más críticos de la conducción radical que representa Cornejo, gobernador de Mendoza. Según el ex ministro del Interior, “el triunfo de la UCR en La Pampa puede extenderse a todo el país”, donde se llegó a internas porque “hubo mucha soberbia de Carlos Mac Allister y del gobierno nacional”. Daniel Kroneberger, el diputado radical le sacó más de 30 puntos al ex futbolista en la elección del último domingo.
Días después, desde la gira por Asia de la que participó junto al presidente Mauricio Macri, Lousteau se agarró de esa victoria y pidió no temerle a las PASO. “No debería haber miedo a competir”, dijo. Aseguró que no tiene definido aún si será o no candidato a algún cargo, aunque los radicales saben que es el único dirigente con chances de dar una pelea digna con el líder del PRO. El antecedente de 2015, cuando Ernesto Sanz sacó el 3,34 por ciento frente al 2,28 de Elisa Carrió y el 24,5 de Mauricio Macri.
Al conflicto nacional se le agrega una provincia clave para el oficialismo. La de Córdoba. Allí Macri quiso imponer la postulación de Mario Negri, jefe de la bancada radical en Diputados, pero no tuvo éxito. El intendente de la capital, Ramón Mestre, avisó que está dispuesto a dar la pelea. El jefe municipal logró aglutinar detrás suyo el respaldo de la extensa estructura territorial de la UCR en ese distrito, por lo que sus chances son mayores que las de Negri. En vano fueron las presiones del jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro del Interior Rogelio Frigerio e incluso de su correligionario Alfredo Cornejo para que se bajara de la pelea. Mestre sabe que en Córdoba no hay primarias abiertas por lo que para dirimir la postulación deberían convocar a una postulación entre afiliados a los distintos partidos de Cambiemos y también a los independientes. Dirigentes que conocen como nadie la provincia mediterránea hacían cálculos: el radicalismo cuenta con 234 mil afiliados (que en su gran mayoría votarían por Mestre), en cambio el PRO tiene apenas 9700 afiliados y el Frente Cívico de Luis Juez (también aliado a Negri) tiene 6000 y la Coalición Cívica no tiene ni personería jurídica. A priori, el candidato de la Casa Rosada parte de muy atrás para ganar la pulseada por la candidatura.
En los últimos días Mestre dejó en claro que su discurso de cara a la interna está centrado en rechazar la injerencia “porteña” representada por Macri y la Casa Rosada y en defender la autonomía de los cordobeses para definir sus candidatos. Si bien no quiere pulsear abiertamente con el Presidente, será difícil que una eventual derrota de Negri no sea tomada como una derrota de Macri.
En este contexto, el titular de la Convención Nacional, Jorge Sappia, denunció ayer que durante tres años no han sido consultados: “el PRO tomó las decisiones en soledad y la conducción del Comité Nacional del radicalismo lo ha aceptado”, manifestó.