Ana Brnabic hizo historia en 2017 al convertirse en la primera jefa de Gobierno de Serbia mujer, pero además abiertamente lesbiana. Se trata de un país profundamente conservador y agresivamente homofóbico. Ayer, escaló un paso más: su pareja, una médica reconocida, dio a luz a un bebé, en un hecho inédito en la política mundial.

La madre, Milica Djurdjic, y el pequeño se encontraban “bien”, según un comunicado del Gabinete de prensa de la primera ministra. “Ana Brnabic es una de las primeras jefas de Gobierno cuya pareja dio a luz durante el ejercicio del cargo (y es la primera del mundo en una unión del mismo sexo)”, indicó el texto.

La primera ministra, de 43 años (en la foto, a la derecha), y Djurdjic viven juntas pero no existe ningún tipo de reconocimiento oficial de que sean pareja ni tampoco de que tengan un hijo en común: nada de ello es posible en ese país balcánico con mayoría de religión ortodoxa. El matrimonio como unión entre un hombre y una mujer está explícitamente definido en su Constitución y las uniones civiles de personas del mismo sexo tampoco son reconocidas. Las parejas del mismo sexo también tienen prohibido adoptar hijos, aunque los solteros pueden hacerlo independientemente de su orientación sexual.

Por lo tanto, el bebé nacido ayer pertenece en lo legal exclusivamente a su madre biológica. La pareja de Brnabic recurrió el año pasado a la fecundación artificial.

La primera ministra, que como economista está centrada en la modernización del sistema de gobierno y las finanzas de su país, viene dando batalla además por los derechos de la diversidad sexual. De hecho, el año de su asunción al frente del Gobierno, en 2017, encabezó la Marcha del Orgullo Gay. No fue un hecho solo testimonial: esa concentración representa un verdadero peligro en ese país de profunda raigambre tradicional. En 2010, cuando la Argentina legalizaba el matrimonio igualitario, la marcha del Orgullo en la capital, Belgrado, que reunió a unos mil asistentes, fue atacada por unos 6000 miembros de grupos de extrema derecha. Hubo enfrentamientos con los policías que la custodiaban, lo que derivó en 124 policías y 17 participantes heridos. En los tres años siguientes, la marcha fue prohibida con el argumento de la seguridad.

Desde 2014 se retomó su organización y, aunque no hubo incidentes, siempre debe ser profusamente custodiada. 

Un año antes de la agresión de 2010, otro episodio ya había marcado el pulso de la profunda homofobia en la sociedad serbia. Cuando se anunció la organización de la marcha, estalló un debate en la sociedad. La hinchada del Partizan, uno de los principales clubes de fútbol del país, desplegó un cartel en rechazo a la manifestación.

La famosa cantante local María Serifovic sufrió en carne propia la discriminación y la homofobia. Seis años atrás se convirtió en la primera figura pública en declararse abiertamente homosexual. Muchos de sus fans hicieron esfuerzos para digerir la noticia y seguir disfrutando de sus canciones.

Brnabic fue designada primera ministra por el Parlamento a partir del impulso del presidente, Aleksandar Vucic, que gobierna en nombre de una coalición de conservadores y socialistas. La jugada de nombrar a Brnabic fue una estrategia en su plan de lograr la incorporación de Serbia a la unión Europea. Una de las razones que dificultan esa aspiración, además de los problemas económicos, es justamente su atraso en materia de derechos sociales y de las minorías. Una primera ministra lesbiana era una buena carta de presentación para mostrar una Serbia más abierta y tolerante. 

En su mandato, el país mejoró su legislación para combatir la discriminación, la desigualdad y la incitación al odio, pero organizaciones a favor de los derechos LGTBI argumentan que no se aplican estas normativas y que queda un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de derechos.