Los turistas se congregan en el Parque Nacional de Yosemite, en California, para presenciar un curioso fenómeno: la cascada conocida como “Cola de caballo”. Se trata de un fenómeno óptico que da la sensación de ver una fina línea de lava ardiente cayendo sobre la ladera. En realidad, la imagen se produce por la luz del sol, que se filtra hacia las aguas y las vuelve luminosas.

El fenómeno es muy específico. Solamente se produce en invierno o primavera boreal, con abundancia de nieve y lluvia, durante febrero y marzo. Suele ser tanta la cantidad de turistas que quieren presenciar la “Cola de caballo”, que el Servicio de Parques Nacionales debió cerrar el acceso un año.

Los turistas se acercan, sobre todo, con la idea inmortalizar el momento, con un lapso de tiempo muy pequeño, porque apenas dura entre cinco y diez minutos al momento de crepúsculo. Las cámaras de fotos dicen presente y las redes sociales se llenan de fotos de aquellos que pudieron captar el momento.