La producción industrial de las pymes cayó un 8,8 por ciento interanual en enero y 4,7 por ciento con respecto a diciembre, según informó CAME. Se trata del noveno mes consecutivo que se registran bajas en el sector. “El descenso en la demanda interna fue muy fuerte y las exportaciones no repuntan por lo que no ayudan a compensar la debilidad del mercado interno”, subrayó el organismo. 

Los once rubros relevados registraron caídas. Las bajas más acentuadas se dieron en “Material de transporte” (-17,7 por ciento), “Productos de madera y muebles” (-16,5), “Calzado y marroquinería” (-15,5), “Productos eléctrico-mecánicos, informática y manufacturas varias” (-14), “Productos minerales no metálicos” (-13,3), “Productos de caucho y plástico” (-10,6), “Productos de metal, maquinaria y equipo” (-8,9), “Productos textiles y prendas de vestir” (-8,4), “Productos químicos” (-6,0), “Papel, cartón, edición e impresión” (-5,9), y “Alimentos y Bebidas” (-1,2 por ciento). La realidad dentro de cada subsector de esos rubros ha sido muy heterogénea. Según Daniel García, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Luminarias Eficientes y Domótica (Cafled), en su ramo las empresas trabajaron en enero al 30% de su capacidad instalada, y por ahora no se vislumbra un cambio de tendencia. Es que “las importaciones provenientes principalmente desde China, están complicando nuestra situación”, advirtió.

En enero el 57 por ciento de las industrias consultadas finalizaron con descensos en la producción anual (53,2 por ciento en diciembre y 50,6 por ciento en noviembre), el 27,5 por ciento tuvo aumentos (39,3 por ciento en diciembre y 41,2 por ciento en noviembre) y 15,5 por ciento se mantuvo sin cambios. A su vez, se redujo la cantidad de industrias con rentabilidad: 30,6 por ciento frente al 33,5 por ciento de diciembre. En cambio, el 31 por ciento registró pérdidas y el 38 por ciento aseguró que su rentabilidad fue nula. “Muchos empresarios continuaron liquidando stocks por debajo del precio de equilibrio para generar liquidez. Los compromisos financieros e impositivos son uno de los principales obstáculos que enfrenta el empresario, con presiones constantes para cumplir con sus pasivos sin posibilidad de hacerlo con el flujo de ingresos que está generando el negocio”, subrayó CAME. 

El uso de la capacidad instalada en las pymes bajó fuerte en enero, a 52,9 por ciento desde el 58,7 por ciento en diciembre, reflejo del parate generalizado en la actividad. El consumo no repunta, y muchas empresas que podrían salir a buscar nuevos mercados, no tienen resto para asumir el costo de ese proceso, que además, es lento. Hasta ahora el tipo de cambio más favorable permitió mejorar los volúmenes exportados de aquellas pymes que ya le venden al mundo, pero cuesta sin embargo generar nuevos actores que comercialicen en el exterior en medio de la recesión actual. 

Las perspectivas hacia adelante no terminan de consolidarse: sólo 25 por ciento de las empresas cree que la producción de su firma aumentará en los próximos seis meses, en función de cómo vienen los pedidos y el mercado. En cuanto a la inversión, sólo 22 por ciento de pymes manufactureras tienen previsto realizar nuevos proyectos o desembolsos para mejorar las capacidades de su empresa, y otro 12,4 por ciento lo está evaluando. En total, la proporción de firmas posiblemente inversoras del año es de 34,4 por ciento, casi diez puntos menos de lo que había en diciembre en base a las respuestas brindadas por los empresarios.