La tensión en la frontera colombo venezolana se mantiene y han comenzado a producirse escaramuzas violentas. Por caso, el domingo por la madrugada un grupo de alrededor de 60 paramilitares armados atacaron un cuartel fronterizo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) conocido como La Mulata. El ataque fue finalmente repelido por los guardias venezolanos luego de un fuerte intercambio de disparos que duró casi una hora.
El puesto de la GNB se encuentra ubicado a escasos 20 metros del límite con Colombia y cerca de un caserío perteneciente al municipio Pedro María Ureña del estado Táchira, pero sobre todo a solo 15 minutos del puente Ureña donde los militantes de la derecha venezolana quemaron el sábado camiones con la supuesta ayuda humanitaria.
La maniobra bélica bien puede ser considerada como parte de la estrategia de ataques y asedio permanente que el designado representante especial para Venezuela por el gobierno de los Estados Unidos, Elliott Abrams le adelantó a representantes del gobierno bolivariano pocos días después de que se iniciara el proceso desestabilizador y golpista liderado por el diputado Juan Guaidó.
Cerca de la una de la mañana, los efectivos de la GNB comenzaron a ser atacados desde territorio colombiano. En la pequeña guarnición había unos 30 efectivos que desde el interior de las instalaciones respondieron con sus armas el ataque. Entre los guardias no hubo heridos ni bajas pero se sospecha que entre los atacantes hubo algún herido por los rastros de sangre que se descubrieron una vez que se superó el episodio.
Según relataron los miembros de la GNB, los atacantes en más de una oportunidad les gritaban para convencerlos de que abandonen el puesto y se incorporen a las fuerzas de la derecha venezolana. "Ríndanse, no pierdan la vida por este gobierno", les gritaban. No tuvieron éxito y el combate continuó durante una hora.
"No aceptamos porque nuestro pensamiento es defender la patria. No tenemos otra voluntad", aseguró el sargento primero Jhonatan Caballero Cárdenas. En tanto, el sargento supervisor Mario Oviedo, señaló a las cámaras de TeleSur, que los atacantes "se encontraron con la sorpresa de que nosotros estamos firmes, que nunca vamos a rendirnos, siempre vamos a estar atentos y vamos a defender el país y la patria. Si es necesario entregaremos nuestra vida", indicó.
El ataque dejó sus señas en las paredes del destacamento donde se pueden observar los impactos de balas de uso militar. Los disparos comenzaron cerca de la una de la mañana mientras buena parte de los efectivos dormían y desde los mismos dormitorios respondieron al ataque.
En el puesto había cerca de 30 efectivos entre mujeres y hombres.
El puesto La Mulata ya tiene experiencia en ataques. El octubre del año pasado ya habían sufrido un ataque similar luego de que efectivos de la GNB detuvieran a dos integrantes de las fuerzas paramilitares que pululan del lado colombiano.
Ayer, el designado protector del Estado Táchira, Freddy Bernal indicó que "hemos sido objeto, de forma reiterada, de ataques desde el lado colombiano por parte de bandas criminales quienes en diversos momentos han atacado a nuestra Guardia Nacional Bolivariana, tanto en el puente Simón Bolívar como en el puente Santander”.
Bernal responsabilizó de este ataque al presidente colombiano Iván Duque, al sostener que los paramilitares "actuaron bajo la mirada cómplice del Ejército y la policía de ese país".
La presencia pasiva de las fuerzas armadas y de seguridad de Colombia durante este último fin de semana es notoria. Durante los incidentes protagonizados por los militantes de la derecha venezolana en los puentes que comunican con Venezuela fue la de observar y no actuar a pesar de los actos de violencia que protagonizaron los grupos que quedaron del lado colombiano luego de que el gobierno del presidente Nicolás Maduro anunciara el cierre de la frontera y la ruptura de relaciones con Colombia.
Por caso, durante toda la jornada del domingo los jóvenes de la derecha venezolana prepararon bombas Molotov debajo de uno de los puentes binacionales ante la mirada pasiva de los efectivos colombianos.