No resignarse, no someterse

 

En las últimas semanas, algunos acontecimientos parecen estar abriendo una brecha en el patético panorama de resignación de gran parte de la sociedad argentina frente al cotidiano castigo, la crónica humillación y los permanentes ataques de capital y el Estado.

En efecto, así lo permite vislumbrar la digna actitud de la mujer que, enfrentando la feroz represión policial contra los trabajadores de la UTT, en Constitución, Buenos Aires. Esa actitud, noble actitud de mujer con coraje y sin miedo, es lo dable de esperar como un haz de luz en las tinieblas. Lo dijo con mucha claridad: no tenemos porqué someternos al castigo, a los abusos, no hay que aceptarlos de modo alguno.

Los reporteros gráficos también dijeron presente en esa jornada reflejando con sus cámaras la barbarie de las fuerzas policiales.

Días después, en una marcha de protesta de trabajadores de una cooperativa gráfica, los fotógrafos fueron reprimidos en una verdadera cacería. La presión popular logró que fueran liberados luego de 12 horas en prisión.

Por más que los poderosos quieran ocultar la cruel realidad de miserias materiales y morales, no podrán hacerlo.

Walter Benjamin escribió en uno de los momentos más dramáticos de la Segunda Guerra Mundial y en pleno holocausto nazi contra judíos y disidentes que "la esperanza nos viene aun de aquellos a los que pocas esperanzas les quedan". Albert Camus dijo que la lucha se funda en si hay razones para luchar, y sabemos que hay muchas razones para hacerlo.

Por eso continuaremos en las calles, autónomos, solidarios sin resignación ni claudicaciones.

Carlos A. Solero