El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, homenajeó ayer al exdictador paraguayo Alfredo Stroessner (1954-1989) durante un acto junto al mandatario de Paraguay, Mario Abdo Benítez. Bolsonaro y Benítez, hijo del secretario personal de Stroessner, compartieron un acto en la represa de Itaipú fundada en 1974 por el exdictador y compartida por Brasil y Paraguay. Además tuvieron una bilateral que duró poco más de media hora y fue el inicio de una reunión que continuará el 12 de marzo en Brasilia donde los mandatarios abordarán la renegociación del Tratado de Itaipú. La breve reunión alcanzó sin embargo para que Bolsonaro celebrara la gestión del exdictador Stroessner y su par brasileño Humberto de Alencar Castelo Branco. “Quiero celebrar a aquellos que realmente fueron responsables de la construcción de la represa. Y en particular quiero rendir mi homenaje al general Alfredo Stroessner, un estadista que sabía perfectamente lo que quería para Paraguay”, alabó el mandatario minutos después de la toma de posesión del nuevo director de la parte brasileña de Itaipú, Joaquim Silva e Luna.
El mandatario brasileño también se refirió al giro a la derecha que atraviesa el continente americano luego de los últimos procesos electorales y arengó: “Izquierda nunca más”. A diferencia de Benítez, Bolsonaro ofreció una conferencia de prensa luego del evento en la que agregó que con su homólogo hablaron sobre el combate al crimen organizado en la Triple Frontera y sobre distintas formas de administrar energía. “Cualquier problema del pasado quedará superado en las futuras negociaciones sobre la represa”, consideró Bolsonaro y luego se refirió a su par como un “conservador que quiere bien a su país”.
Leonardo Rubín, ex candidato a la vicepresidencia de Paraguay, fue una de las voces de izquierda que arremetió contra Bolsonaro y ayer dijo: “¿A quién le sorprende que Bolsonaro reivindique a Stroessner en un acto en Itaipú? El que subordinó nuestros intereses al Brasil en un tratado injusto que hasta hoy seguimos pagando, prácticamente regalando nuestra energía sin poder venderla mejor. Claro que lo va a reivindicar”.
Paraguay y Brasil tienen pendiente renegociar en 2023 el Tratado de Itaipú y, en particular, el anexo C de ese documento para decidir qué harán con el 50 por ciento de la energía generada por la presa que le corresponde a Paraguay y cuyos excedentes, hasta ese año, debe venderlos al país vecino a precio de costo. Al fin de la reunión, Benítez urgió a su homólogo a acelerar los pasos previos: “Paraguayos y brasileños tenemos por delante un importante desafío (...) la revisión de las bases financieras y prestación de servicios de la entidad, cuyo plazo de negociación es inminente”, dijo Benítez y agregó que por ello es prioridad agilizar las consultas y estudios técnicos necesarios para satisfacer las aspiraciones de ambos países. Además aludió a la construcción de dos nuevos puentes internacionales entre los dos países, un acuerdo que ya firmó con el expresidente brasileño Michel Temer y que deberá revalidar con Bolsonaro. El mandatario paraguayo añadió además que las negociaciones en el ámbito de las relaciones internacionales deben estar sustentadas por principios y no solo por intereses. “Esto permitirá trabajar con un esquema en el que todas las necesidades estén contempladas en igualdad de condiciones”, resaltó.
La declaración conjunta entre Benítez y Bolsonaro se produjo solo ante los invitados al acto, sin la presencia de prensa, a la que la organización mantuvo en una sala contigua desde la que se retransmitió el acto a través de una pantalla. Este fue el primer encuentro entre los dos jefes de Estado, aunque ya habían coincidido en Brasilia el pasado 1 de enero, durante la toma de mando de Bolsonaro. No obstante, es la segunda reunión de Benítez con un presidente brasileño en poco más de dos meses, ya que el 21 de diciembre del año pasado visitó Itaipú, donde firmó con Temer el acuerdo sobre los puentes. Los dos gobiernos también están a la espera de resolver el pedido de Paraguay a Brasil para que revoque el estatus de refugiados políticos a tres activistas de izquierdas, procesados en el país suramericano por el presunto secuestro en 2001 de la nuera del exministro de Hacienda, Enzo Debernardi.