“El talle único no es el único talle”, es el lema de la campaña de la ONG AnyBody que busca fomentar que las marcas de ropa tengan una política que definen como “body positive” y muestran variedad de cuerpos en sus publicidades y solo hacen retoques de luz o tono en las gráficas con cuerpos de modelos. Y, fundamentalmente, las casas de ropa tienen que contar con una curva de talles (de siete opciones o más) específicamente en jeans y pantalones (porque son la prenda con más dificultades de conseguir cuando no se tiene un cuerpo que entre en un small). Siete de cada diez personas tienen dificultades para encontrar pantalones que entren en sus caderas, según la encuesta de AnyBody del 2015.
Las grandes marcas (aunque existen muchas pequeñas diseñadorxs) que pueden demostrar un arco iris de tamaños que pasen por sus caderas son: Taverniti, Portofem, Etam, Ted Bodin, Yagmour y Tex. En 292 locales de las marcas se encuentra un sticker en la vidriera que visibiliza que la variedad de talles es real y que las mujeres pueden pasar al probador sin miedo de ser expulsadas de la posibilidad de vestirse y probarse por no ser ultra delgadas. Una aventura nada fácil: aproximadamente dos tercios de lxs consumidorxs tienen dificultades para encontrar ropa que no le quede chica o no le calce. “La falta de talles es discriminación y genera efectos negativos. Por ejemplo, estudios internacionales han revelado que la discriminación de peso se asocia - independiente del IMC (Índice de Masa Corporal) de los sujetos - con aumentos de peso, depresión, baja autoestima y trastornos alimenticios en gente de varias edades. La falta de talles no es un asunto trivial”, alertan desde AnyBody.
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