El apellido de uno y el apodo del otro cuajaron perfecto para cerrar la idea: Lucero Negro. “Se trata de poner un poco de luz ante tanta oscuridad”, inicia el del apodo (el “Negro” Falótico), horas antes de concretar idea, músicas y significado hoy las 22 en el Centro Cultural Torquato Tasso (Defensa 1575). “Nos cerró bien la combinación porque, es cierto, ante este momento tan oscuro, ante este infierno que estamos viviendo los argentinos, las canciones pueden ser un lugar donde escapar, refugiarse”, pule el del apellido (Hernán Lucero), pensando de lleno en un repertorio que, con el tango en el centro, incorpora rock argentino, músicas de raíz folklórica y piezas del acervo popular latinoamericano. Los hermanos Expósito y Gardel-Le Pera, por caso, custodiados por Charly García, Silvio Rodríguez, Chico Buarque o el Cuchi Leguizamón. “Está bueno aclarar lo del repertorio porque no soy tanguero. Yo canto tangos, que es otra cosa”, sincera Falótico, también cantor de la Orquesta Típica y el trío de Rodolfo Mederos.
Pese a que ambos cantores clave del tango generación XXI se vienen encontrando en veladas al paso, nunca tuvieron la posibilidad de presentarse juntos. Toda la noche, incluso, dado que no es el típico encuentro “primero vos, después yo y cerramos los dos con un par de temas”. “Toda la noche, sí”, confirma Falótico. “Y no hay nada extraño en esto, ya que el problema de que se junten dos cantantes de tango es un prejuicio antiguo. Hoy, en general, todos los que estamos dando vueltas alrededor del género tenemos buena onda entre nosotros. Nos reemplazamos, nos invitamos, nos ayudamos... El prejuicio viene de antes, de cuando había mucha plata en el ambiente y, por ende, más celos. En cambio, hoy creo que estamos todos tirando de un mismo carro, en la misma lucha”. “Ni una duda me cabe de esto, porque asumir el tango en los tiempos que corren es una militancia, y la militancia nunca es solitaria. Si no es en grupo y con compañeros, la cosa es imposible”, interviene Lucero sobre la esencia de la juntada que también incluye a Matías Alvarez en piano y Sebastián Henriquez en guitarra.
–El repertorio propuesto, acaban de confirmar, va más allá del tango. ¿Qué lugar ocupa entonces el género en ese marco estético mayor?
Hernán Lucero: –Es la piedra basal de este gran universo que es la canción argentina. Para mí, es imposible pensar a Yupanqui, a Charly, a Rivero o a Sandro sin pensar a Gardel. Me parece que es el padre de toda nuestra canción, porque lo que ha influido lo suyo en el país y en el continente es impresionante. El es el que sienta las bases del cantar en esta parte del mundo. Es una influencia muy potente.
Negro Falótico: –Y Hernán sabe mucho de eso, porque él sí que es típico cantor nacional.
–¿Usted no?
N.F.: –No sé, soy un poco más urbano, por ahí. Me gusta cantar chacarera, bolero.
–¿Y cuál fue su propuesta para esta juntada debut? O, al menos, los temas que tienen que estar sí o sí...
N.F.: –“Alma mía”, de María Grever (no confundir con el vals de Centeno y Marcó) y “Chau, no va más”, de Homero Expósito.
H.L.: –Yo me anoto con “Soledad”, de Gardel-Le Pera, y “Carabelas de la nada”, de Fito Páez. Estos cuatro temas suenan seguro. Después veremos.