El dólar minorista cayó 17 centavos y cerró ayer en 39,83 pesos, mientas que el tipo de cambio mayorista finalizó en 38,82 pesos y anotó una baja de 5 centavos. La cotización de la divisa se acerca al piso de la banda cambiaria, que ayer se ubicó en 38,59 pesos. El Banco Central mantuvo la tasa de interés en torno de 50 por ciento. El rendimiento de las Leliq cerró en 49,98 por ciento, contra el 50,06 por ciento de la jornada anterior. Las reservas bajaron 6 millones y terminaron en 66.990 millones de dólares. En marzo ingresarán 10.800 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional.

El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, pensaba a principio de febrero que iba a poder bajar las tasas por debajo del 40 por ciento. No lo consiguió porque el menor rendimiento de las Leliq se trasladó a la caída de tasas de los plazos fijos y generó volatilidad cambiaria, con un tipo de cambio que en pocos días se movió de 38 a más de 41 pesos. El Banco Central prefirió no especular con la divisa y elevó en 7 puntos porcentuales las tasas de interés para intentar frenar las expectativas de devaluación. 

Entre los economistas existe debate acerca de la capacidad de sostener esta estrategia cambiaria. Especialistas afines al Gobierno y de la oposición indican que las tasas por arriba del 50 por ciento pueden permitir llegar a las elecciones de octubre sin grandes sobresaltos cambiarios, pero que no pueden sostenerse en el mediano plazo. Los problemas que generan estos rendimientos son el freno del consumo y la inversión en el mercado interno, al tiempo que se acumulan importantes pasivos monetarios. 

En el Central no dan precisiones sobre cómo se comportarán a partir de octubre. Pero dejan trascender que con las tasas de interés tienen margen para evitar nuevos sacudones del tipo de cambio en los próximos meses. Los consultores de la city mencionan además lo que los funcionarios no quieren decir: El Tesoro tiene 8 mil millones de dólares para vender en el mercado y colaborar para frenar la presión cambiaria antes de las elecciones. 

La política domina la estrategia cambiaria del Central. La apuesta es llegar a octubre con la menor volatilidad posible en materia de dólar. En la Casa Rosada siguieron de cerca la suba de la divisa hasta los 41 pesos la semana pasada y pidieron al Central que frene la presión de inmediato. Esto explicó la sobrereacción de la entidad subiendo del 43 al 50 por ciento el rendimiento de las Leliq y absorbiendo más pesos de lo que tenía en carpeta. En la hoja de ruta del organismo no estaba contemplado este aumento de las tasas y la idea era ir reduciendo los rendimientos hasta el 40 por ciento.

El stock de Leliq se acerca a casi 1 billón de pesos. Entre los economistas no preocupa tanto el nivel de deuda como su tasa de expansión. Las Leliq crecieron a un ritmo de casi 10 por ciento en los últimos 30 días y generan un sendero de endeudamiento complicado de sostener con el correr de los meses. El estallido de las Lebac en abril del año pasado es una muestra clara que los pasivos monetarios no pueden aumentar sin consecuencias. En 2018 no había elecciones ni elementos puntuales para potenciar la dolarización de los activos. Sin embargo, los inversores observaron que la deuda del Central era insustentable en el tiempo y comenzaron una huida del peso que llevó el tipo de cambio de 20 a 40 pesos en ocho meses.