Me interesa relacionar los procesos operados en dos personajes, procesos emblemáticos de cambios subjetivos inesperados, imprevisibles y sorprendentes. ¿Esperanzadores?

Uno es el suboficial Dixon (composición de Sam Rockwell), es un policía racista y borracho del film Tres anuncios por un crimen, película de McDonaugh proyectada el año anterior.

El otro el personaje de Tony “Lip” Vallelonga (un Viggo Mortensen desconocido) en Green Book, dirigida por Peter Farrely. Tony “Lip” trabaja como seguridad de un bar (diríamos acá “patovica”) y es contratado como chofer y guardaespaldas de un músico negro que debe hacer una gira por el Sur de Estados Unidos en los años 60. ¡Nada menos!

La investigación de un crimen en la primera y la gira de dos meses en la segunda, son entonces, escenario de transformaciones subjetivas en dos hombres, el suboficial Dixon y el guardaespaldas Tony “Lip”, que parecen cristalizados en identidades racistas, intolerantes e inflexibles. Identidades que producen en el espectador rechazo por su posición cerrada y dogmática ante “el otro”, el diferente.

En Tres anuncios… el suboficial que en principio es descripto como inmaduro, violento, necio y prejuicioso primero rechaza a la protagonista: una madre que busca justicia por el asesinato de su hija (a cargo de una intensa Frances McDormand). Él tendrá que atravesar duras experiencias para llegar a empatizar con ella. (Su exoneración de la policía por su comportamiento violento, su hospitalización en donde es auxiliado, en una de las escenas más conmovedoras, por el mismo hombre que él agredió, el publicista que hizo posible que la madre colocara los anuncios clamando justicia)

De haberse instaurado casi como enemigo de ella, llega a una empatía solidaria, hasta el punto de aliarse los dos en la persecución del presunto asesino, en un sugestivo final abierto. Los cambios que se van operando en el vínculo y en la perspectiva hacen a algunas de las secuencias más memorables de un filme.

Y esos cambios en el vínculo, que deseo subrayar y conectar con el otro film: “Green Book”. Es lo que atañe al otro personaje, es la transformación del Tony “Lip” (Mortensen) en un hombre de familia italiana radicada en el Bronx, racista, ignorante y tosco, en alguien que puede hacer una experiencia enriquecedora del encuentro con el músico negro que lo contrata, y consigo mismo también, en tanto vuelve de ese viaje diferente de lo que era cuando partió.

Y puede pasar de los estereotipos que lo hacen discriminar a “esa gente” a tener otra mirada. Y pasar de la ignorancia de todo aquello que exista más allá del horizonte de su barrio en el cual nació y vivió toda su vida, a una suerte de descubrimiento de un mundo más allá.

Durante la historia, Tony descubre la música inmensa del Stainway en los dedos del pianista Don Shirley, y aprende a escribir belllas cartas a su esposa gracias a la ayuda de éste, en los dos meses que dura la gira.

Vigo Mortensen en entrevista con Oscar Ranzani da la síntesis de su reflexión: “Creí que la discriminación, que es fruto del odio que surge del miedo y la ignorancia, siempre acompañará al ser humano”. Los términos y los gestos discriminatorios evolucionan y cada nueva generación tiene que aprender a superar las limitaciones de sus experiencias de vida, de su educación moral. La ignorancia se supera con la experiencia directa. Es mucho más fácil no arriesgarse, no hacer el esfuerzo necesario para entender el punto de vista del otro, y la gente muchas veces es vaga. Sin embargo, los beneficios que trae un mínimo esfuerzo de entender a los demás, de ponerte en el lugar de la gente que te pueda parecer extraña, con la que no pensás al principio tener nada en común, son considerables.”

*Psicoanalista. Febrero 2019.