Luis Marcelo Escobar, en el juicio que se le sigue en el Centro de Justicia Penal, acusado de ser el falso policía que abusó sexualmente de 18 chicas de entre 14 y 25 años, quiso hablar por primera vez. "Pido perdón a las víctimas y a los familiares. Creo que por efecto de lo que pasé en mi niñez, estallé y salió de adentro mío algo que jamás imaginé hacer", dijo. Con esa introducción, el hombre de 43 años contó que cuando iba a sexto grado fue abusado por dos hombres en la localidad de Acebal. Las víctimas y sus familiares se mordieron los labios al escucharlo. Una psicóloga que lo atendió el miércoles pasado dijo que el acusado manifestó que si tuviera enfrente a sus violadores les preguntaría por qué le arruinaron la vida. Entonces, la bronca se hizo oír en la sala; "¿Y vos a nosotros?", gritó una mujer desde el público donde había madres, padres, novios y otros familiares, con las víctimas. Es que la frase fue la declaración repetida de las jóvenes, frente al tribunal. Todas dijeron que les arruinó la vida, en los hechos perpetrados entre 2014 y 2016. La fiscal Carla Cerliani, que pide 50 años de prisión para Escobar, consideró esos dichos como una "especie de confesión", ya que "pidió perdón, pero dijo que la gente que lo conoce no puede creer por lo que él está pasando". El miércoles se conocerá el veredicto.
Cerliani alegó que a Escobar lo juzgaron por "hechos terribles, que dejaron a las víctimas en una situación de vulnerabilidad más extrema de la que ya atravesaban". Fue después de escuchar al imputado, quien pretendió justificarse en un presunto abuso en su niñez y en la falta de un padre.
"Estuve tratando de encontrar un por qué a todo esto, una respuesta; había algo dentro mío de muchísimos años que hablé con la psicóloga ayer. Nunca lo dije, ni a mis amigos ni a mi familia, a nadie. Tenía 10 u 11 años y fui abusado por dos hombres en el pueblo de Acebal donde yo vivía. Fue algo que de chico me marcó la vida y sufrí por muchos años. Fui engañado en la plaza. Una persona mayor me engañó y me llevó adonde había otro hombre. Yo no tuve papá porque mi madre fue soltera. Siempre lo necesité. No quería lastimar y preocupar a mi madre que trabajaba limpiando casas, no quería llevarle la culpa a ella", dijo. En otro tramo, señaló que "entre 2014 y 2016 (fecha de los 18 hechos achacados) algo estalló dentro de mí, teniendo cinco hijos, cuatro sobrinas. Nunca tuve un problema, ni un pensamiento o algo que haga alguien que no soy. Ahora pude encontrar el por qué de algo que quizás hice sin conocimiento", intentó justificar. "Jamás pensé en ser durante dos años una persona que nunca fui. Jamás tuve la intención de lastimar a nadie. Hay amigos míos que no pueden creer por lo que estoy pasando, y no saben lo que pasé", fue la frase que criticó la fiscal.
La defensa llamó a declarar a la psicóloga que lo atendió tras contar lo sucedido, primero, en la Junta de Salud Mental, semanas atrás. "Contó que mediante un engaño, un muchacho que no recuerda si tenía 15, 16 o 17 años, le dijo que le iba a mostrar una moto y lo llevó a un descampado, con eucaliptos, y apareció otro sujeto de treinta y pico de años. Ambos procedieron a violarlo. Jamás pudo contarlo". Para la profesional, que trabaja tanto en la defensa pública como con abogados privados, "hubo una división del yo: una parte de esa persona se habilita para continuar con la vida normal; y la otra queda reprimida. Es como una olla a presión, que tiene una válvula de escape para que no explote. El no pudo tener esa válvula".
"Algo estalló dentro de mí. Ahora pude encontrar el por qué de algo que quizás hice sin conocimiento", dijo.
La fiscal, en cambio, valoró cada testimonio de las víctimas: chicas de clase trabajadora, del noroeste y sudoeste de la ciudad. Se tomó el tiempo necesario para nombrar a cada una, repasar cada ataque sexual, cada amenaza con el arma de fuego que portaba Escobar, cada secuela irreparable. Habló de los engaños, del ardid del abusador que se hacía pasar por policía de Drogas Peligrosas para subir a las mujeres al auto. "Era un desafío que todas pudieran venir a declarar, por el temor, el tiempo que transcurrió y las secuelas gravísimas. Lo hemos logrado", celebró Cerliani.
En su relato, la fiscal recordó que Escobar interceptaba a sus víctimas a la salida de la escuela, del gimnasio, en la parada de colectivo o mientras caminaban. Iniciaba los abusos con la excusa de que tendría que requisar a las mujeres. Les decía que suelen guardar droga en el corpiño y aprovechaba para manosearlas, introducirles los dedos en la vagina. Cuando las jóvenes se resistían, las amenazaba con el arma y les prometía que las iba a dejar con "dos balazos, tiradas en un arroyo o en el río" si no hacían lo que él decía. Los abusos fueron anales, vaginales y de sexo oral. No le importó si las chicas le decían que eran madres; si estaban embarazadas o indispuestas. En seis casos se encontró ADN positivo; y en los demás no hubo posibilidad de tomar muestras. Cuando las dejaba cerca de sus casas, les prohibía mirar para atrás. Solo una de las chicas se animó. A., de 14 años, pudo ver la patente del auto en el que Escobar fue detenido en agosto de 2016, en la localidad de Soldini.
Si bien el acusado era locutor, conductor de programas de radio en San Nicolás, donde reside; la fiscal indicó que las víctimas hablaban de autos diferentes y que otros testigos indicaron que el acusado se dedicaba también a la compra y venta de autos, por lo que tenía fácil acceso a diferentes vehículos para consumar los ataques.