Para Darío Teitelbaum, secretario general de la Unión Mundial de Meretz, que coordina el trabajo político del partido de izquierda israelí fuera del país, un nuevo mandato de Benjamin Netanyahu sería peligroso.  Ayer la Fiscalía General de Israel anunció que imputará al primer ministro por soborno, fraude y abuso de confianza. Pese a las acusaciones y a que queda poco más de un mes para las elecciones legislativas donde buscará la reelección, el jefe del gobierno israelí se mostró optimista: “Seguiré sirviendo como primer ministro muchos, muchos años”, declaró.

Teitelbaum se describe a sí mismo como judío sionista de izquierda. La misma postura sostiene el partido a que pertenece, que aboga por la solución efectiva de dos estados para dos pueblos y rechaza la colonización israelí. “La ocupación, que  tiene ya demasiados 52 años, borró la línea entre la Israel legítima y la Israel ocupadora”, dice el docente de filosofía de la educación y pedagogía del holocausto. Nacido en Caseros hace 58 años, de paso por el país como una gira por la región, Teitelbaum remiro a Israel en el 77, donde se estableció definitivamente. Hoy vive en un kibutz a 7 kilómetros de la Franja de Garza. “La distancia entre la Casa Rosada y Plaza Flores”, dice, para que se entienda.

–Un artículo de un periódico español decía que el tema de la paz con Palestina no es prioritario en esta campaña. ¿Está de acuerdo?

–No, porque eso sería tratar de desasociar el tema de fondo de la sociedad israelí y otros temas más circunstanciales. Es cierto que el régimen de Benjamin Netanyahu, ha resultado en un debilitamiento de las instituciones. Tenemos un primer ministro que no está siendo investigado bajo serios cargos de corrupción. Por eso es que prima en este momento la defensa de la democracia, de la constitucionalidad en Israel. Pero si vamos a lo que es el día a día del israelí y del palestino, es muy importante no dejar de lado durante las elecciones el compromiso profundo que debe tener el Estado de Israel. No solamente de decir “dos estados para dos pueblos”, sino hacer todo lo que sea posible para llegar a esta solución.

–¿Cómo evalúa al gobierno de Netanyahu en este aspecto?

–Lamentablemente no sólo no se avanzó, sino que cada nueva colonización en Judea y Samarita, cada nuevo puesto de avanzada ilegal, cada nueva actividad de crecimiento de las colonizaciones alejadas es colocar otra piedra más en el zapato de la gente que tiene que caminar hacia la paz. Y esto es evidentemente intencional. Se trata, a nivel estratégico, de evitar una continuidad territorial de lo que debería ser en un futuro el Estado de Palestina. Esa es la política de colonización de Israel. 

–¿Cuáles son las chances de que Netanyahu obtenga un cuarto mandato consecutivo?

–Primero que nada, un cuarto mandato de Netanyahu es peligroso porque el cuarto mandato lo va a cuidar, en cierta manera, de las causas legales, aunque no existan fueros en Israel. Pero sí creo que nos encontramos ante una situación en la que existe la posibilidad de un cambio. La irrupción de Benin Gan dentro de la política israelí, sin ninguna duda marca la primera vez que alguien hace mella en Netanyahu en estos últimos años.

–El año pasado tuvo mucha repercusión el caso de Ahé Taminia, la chica Palestina que fue presa por pegarle a un soldado israelí. ¿Cuál es la posición de Meretz frente a los menores palestinos presos en cárceles israelíes?

–Yo creo que una joven que dio una cachetada a un soldado no tiene que ir a la cárcel. Ella no le debe nada al soldado, no le debe respeto, para ella es el símbolo de la opresión. El soldado no tiene que estar ahí, debería tener el rol de defender las fronteras de Israel. Sin embargo, la ocupación, que tiene ya demasiados 52 años, borró la línea entre la Israel legítima y la Israel ocupadora. Y no solamente la línea geográfica, sino también la líneas morales y éticas. 

–¿Usted dice, entonces, que parte de la izquierda Latinoamericana en el fondo no busca una solución de dos estados para dos pueblos?

–Evidentemente. 

–Quizás la toma de posición se base en que el Estado de Israel efectivamente existe y el Estado de Palestina no.

–Sí, pero si la toma de posición fuera “tenemos que hacer junto con todos, todos los esfuerzos posibles para concienciar hacia dos estados para dos pueblos”, excelente. Si la forma de concienciar es que “la Israel asesina masacra al pueblo palestino” y que en lugar del estado de Israel hay que cambiarlo por un estado árabe bajo la influencia iraní, me parece un poco zafado. En ese sentido, lo que desarma el discurso de la izquierda Latinoamericana es que mis credenciales muestran que se puede ser diferente. Como judío, como israelí, como ser humano, como persona de izquierda, yo me declaro pro palestino. Ellos tienen todo el derecho de ejercer su autodeterminación, y ambos tenemos la obligación de que la autodeterminación de los dos sea posible. Por eso hago un pedido a la izquierda Latinoamericana de tomar un rol positivo en este conflicto, cambiando el diálogo. Se puede comenzar desde Argentina.

Entrevista: Bianca Di Santi.