El presidente del Banco Central, Guido Sandleris, levantó el perfil el último mes. La Fundación Libertad lo invitó ayer a un almuerzo con economistas y empresarios. En el evento, el titular de la autoridad monetaria ofreció un discurso muy parecido respecto del que daba el ex presidente del Central, Federico Sturzenegger. Sandleris mencionó que ahora, pese a que la inflación es la más alta en 30 años, se sentaron las bases para avanzar en un camino de inflación de un dígito. La autoridad monetaria decía lo mismo en el primer semestre de 2016. Ese año la inflación fue de 41 por ciento, en 2017 de 26 por ciento y en 2018 de 49. El Central anunció que reforzará la cautela de la política monetaria hasta mayo retirando más pesos de circulación.
Sandleris lleva seis meses al frente del Central. Los precios acumularon en el período una suba del 25 por ciento. Pero el dato no lo intimida. “Estoy convencido que logramos construir bases sólidas para empezar a bajar la inflación de manera sostenida”, planteó el funcionario. El titular del Central empleó tres argumentos para justificar esta afirmación. “El tipo de cambio real hoy se encuentra 59 por ciento por encima del nivel que tenía antes de la salida del cepo en diciembre de 2015. El déficit de cuenta corriente del cuarto trimestre de 2018 fue del 1,2 por ciento, cuando había sido de 3,8 por ciento en igual período del año anterior. Y el atraso de las tarifas se encuentra corregido en una gran parte. Se hizo casi todo el esfuerzo”.
El presidente de la autoridad monetaria es optimista. La inercia inflacionaria. El intento de distintos sectores de la economía de recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos meses. La dolarización ante la incertidumbre política. Ninguno de estos puntos es un problema para la inflación. El funcionario intentó transmitir un mensaje simple al auditorio: ahora que la economía no emite para financiar el déficit fiscal y que pierde menos dólares por las cuentas externas no existirán motivos importantes para que el mercado interno registre presiones de precios. Se trata de una lectura poco flexible para explicar el problema inflacionario. Los datos macro tienen un antecedente claro que vuelve poco convincente el argumento. La inflación anotó una suba fuerte en 2007. Ese año no hubo déficit fiscal ni de cuenta corriente.
El titular de la autoridad monetaria, no obstante, se encuentra convencido que avanza en la estrategia adecuada. Planteó que el esquema de emisión cero con bandas cambiarias está ordenando la macro y que más temprano que tarde terminará aplacando la inflación de casi 50 por ciento. “A fines de septiembre lanzamos un esquema de metas estrictas de base monetaria. El Central había perdido la credibilidad y decidimos comenzar a recuperarla”, dijo. Mencionó que “la forma de hacerlo fue ofreciéndole al público metas fácilmente verificables. Cumplimos estas metas en los primeros meses del esquema. Y lo haremos también en febrero. La volatilidad financiera bajó con este esquema monetario, y así, aun cuando siguen siendo altas, han bajado la inflación y la tasa de interés. El esquema monetario es estricto, y además lo estamos implementando con mucha cautela. Esto es lo necesario para que baje la inflación”.
El discurso de Sandleris fue al mediodía. En la tarde la autoridad monetaria comunicó que reforzará la cautela de la política monetaria con mayor absorción de base monetaria en los próximos meses. “El Central resuelve mantener hasta mayo el sobrecumplimiento de las metas. Esto implica que el objetivo de base entre marzo y mayo baja en 43 mil millones de pesos”. No fue la única medida de la entidad. Los técnicos del organismo modificaron la estrategia de intervención en caso que el dólar vuelva a bajar del piso de la banda cambiaria. La entidad comprará hasta 50 millones de dólares por día (contra los 75 millones de ahora) y la cifra máxima que puede comprar por mes no podrá superar el 2 por ciento de la base monetaria (contra el 3 actual).