¿Cómo está, hermano en deuda, deudólar, querida compañera de infortunio meritocrático, argentina que padece la insoportable levedad del ser o no ser, esa es la tarifa? ¿Cómo está llevando el carnaval? ¿Ya logró disfrazarse de clase media, o el traje le queda irremediablemente corto de luz, de gas, o de bondi? ¿Se acuerda de aquellos tiempos de carnaval, cuando en vez de ruidazos había corsos? ¿Memora la época en la que había Rey Momo en vez de Sumo Maurífice y los chicos podían comprar papel picado, en vez de tener que cortar en pedacitos un cuaderno quizá incriminatorio, ya que hoy cualquier cuaderno es sospechoso? ¿Tiene algún audio en su memoria, o algún video, de cuando se hablaba de “jugar con agua” en vez de “pagar el agua” y la gente se daba el lujo de arrojarle bombitas llenas del otrora accesible y hoy lujoso líquido elemento? “No llenés el pomo que necesito el agua para bañarme”, podría ser una triste  frase de este presente tan “inclusivo para pocos”.

No se trata, ni lo sospeche usted, de una triquiñuela para evitar abordar los temas que nos afligen y combustionan, nada más lejos de mi alicaído bolsillo de clase media en vías de extinción.

Usted ya lo sabe, ya me conoce, jamás dejaremos de hablar de los temas que en verdad nos conmueven, porque de eso se trata el humor. De meterse con lo difícil, como nuestro mejor equipo contrario cuando se da cuenta de que falta poco para las elecciones y necesitan sacarse una foto con alguien de condición humilde. Esa no es tan simple. De pronto hacen un inventario y se dan cuenta que todos los que “están”, es porque “son”. O sea que aquel “siempre habrá pobres entre ustedes”, es más “ustedes” que nunca, y, no me canso de repetirlo “ustedes”, somos “nosotros”, mientras que “Nosotros” son “ellos”, en maurifeño básico.

Entonces, mandan a comprar a un pobre al país vecino (vendría a ser la Argentina, pero fuera del barrio en el que viven ello/as) y  cuando finalmente consiguen a una, que estaba de oferta, la aprovechan todos. La pobre mujer apareció en todas y todos las fotos, y el equipo pudo demostrar que no es antipobre, ya que tienen una amiga humilde. Digresión: Hace unas décadas recorría el mundo un chiste que decía que la mejor manera de detectar a un/a antisemita, era escucharlo decir “No soy antisemita, tengo un amigo judío”. La segunda mejor manera era cuando preguntaba “¿Y ustedes los judíos, por qué no comen jamón?”, generalizando y exponiendo un prejuicio bajo la forma “inocente” de una pregunta disfrazada de curiosidad o supuesto interés.

De la misma manera, nuestro mejor equipo podría disfrazar sus prejuicios diciendo “tengo un amigo pobre”, y siguiendo “¿Y ustedes los pobres por qué se quejan de la tarifa del colectivo, si en España/Italia/Suiza es más cara?”

Y nuestro Sumo Maurpifice podría “inaugurar la apertura” (sic) de las sesiones ordinarias del Congreso, contándoles lo bien que estamos a los pobres de Suiza que supieron conseguir para la ocasión.

Puro disfraz, deudólar, de alguien que no quiere saber sobre el otro, pero que no se note. Sobre todo este año, que se vienen las elecciones y los humildes también votan, porque parece que hace varias décadas les hicieron creer que ese es un derecho que tienen. “Por suerte”, diría el Sumo Maurifice o la Vicemauricia en Ejercicio, a algunos les gusta disfrazarse de gente, Y entonces nos votan, aunque vaya contra sus propios intereses, y a favor de nuestros capitales.

Pero ellos saben, y muy bien, que necesitan un buen disfraz para que Caperucita no los reconozca y así puedan devorarnos tranquilos, tal como hacen desde hace más de tres años. Aunque ahora estén en una parte conflictiva del proceso de digerirnos, se disfrazan, no alcanza con los fallidos, con decir “narcotráfico” donde quiso decir “ejército” (sic) inaugurando toda una nueva doctrina de seguridad.

No, para conseguir nuestros votos, se disfrazan.

Lo escribí hace un año, lo reitero y aggiorno ahora:

  • Se han disfrazado de liberales, siendo conservadores
  • Se han disfrazado de desarrollistas, siendo básicamente financistas
  • Se han disfrazado de políticos, siendo CEOS
  • Se han disfrazado de dialoguistas, siendo autoritarios
  • Se han disfrazado de equilibrados, siendo prepotentes
  • Se han disfrazado de “clase media”, siendo oligarcas
  • Se han disfrazado de independientes, siendo muy dependientes
  • Se han disfrazado de pluralistas, siendo represores
  • Se han disfrazado de cultos, siendo “eficientes”
  • Se han disfrazado de palomas, siendo gorilas
  • Se han disfrazado de funcionarios, siendo empresarios
  • Se han disfrazado de justos, siendo ajustadores
  • Se han disfrazado de modernizadores, siendo cavernícolas

Y lo peor de todo, se han disfrazado y se siguen disfrazando... de que no se disfrazan. 

Hasta la semana que viene.

@humoristarudy