Aunque parecía imparable y concentrado, un hombre detiene su paso galopante en el cruce de Ravignani y Honduras, en medio de la efervescencia del happy hour de Palermo Viejo, ante el ambiente festivalero que se había apoderado de ese trozo de urbe. Extrañado, se acerca a unas chicas para preguntarles, mientras miraban sus smartphones, qué estaba sucediendo ahí. A lo que el tándem, con una propiedad desconcertante, le responde: “Es el estreno formal de una radio”, al tiempo que una de ellas usa sus dedos índice y medio de ambas manos para resaltar lo de la formalidad. Y es que si bien la FM 89.1 Oktubre se encontraba poniendo a tono desde hace varias semanas, en el ocaso de la tarde del jueves finalmente celebró su aparición con una propuesta muy en sintonía con el lugar que pretende representar y amplificar en el dial porteño: el de bastión de una generación de jóvenes en la Argentina comprometida con esta época de luchas, reivindicaciones y renovaciones. También de nuevas ideas e intenciones.
Quizá por la fiesta que veía venir o también por lo que le dijeron las chicas, el hombre hizo tiempo y se adentró en un predio que, al mejor estilo de los festivales musicales que hoy se reproducen por el país, reunía un stand de tatuajes, una pick up en cuya parte trasera se improvisó una barbería y un puesto de cervezas. Amén del escenario que se encontraba delante de la sede Oktubre. Pero el plato central era la música. Más precisamente la de manufactura nacional, contemporánea e independiente. Luego de la respectiva bienvenida a la conmemoración de parte de figuras de la radio, entre las que destacaron La Coneja China, alter ego de Ana Moreno Hueyo: emprendedora (lleva adelante la popular línea de remeras bylaconejachina) devenida influencer y DJ, al igual que Mikki Lussardi (VJ de MTV y música). La primera banda que salió a tocar fue PIBA, una de las novedades de la escena. De eso dio fe a lo largo de una performance breve, pero potente, que deambuló por estilos como el punk y el garage rock.
Si el estreno de Oktubre quería generar ruido, el cuarteto femenino lo consiguió. Al punto de que mucha de la gente que se encontraba buscando el sitio de la presentación de la radio llegó gracias a los vatios que desangró el grupo creado hace un par de años. Justo mientras se despedían, y le contaban a la audiencia cómo se llamaban y dónde podían encontrar su música, al festejo llegaba uno de los invitados estelares de la jornada: el imbatible DToke, héroe del freestyle patrio, lo que se tradujo en la coronación de un título para la Argentina en la inolvidable final internacional de la Red Bull Batalla de los Gallos de 2013. Sin embargo, su protagonismo en el lanzamiento de la FM esperaría un rato más, cerca del final. El ídolo de Rafael Calzada arribaba al evento en medio de una avanzada de público que incluía a ciclistas, vecinos paseando a sus perros, padres con sus criaturas en brazos y vendedores ambulantes. Todos ellos en comunión con una flamante progenie de espectadores, la de ese recambio que cada vez más se hace notar.
Aunque sus grupos no se encontraban entre los actos de la presentación de Oktubre, muchos músicos de la escena independiente también dijeron presente. Hasta ahí se acercaron Barbi Recanati y Marilina Bertoldi e integrantes de Mi Amigo Invencible, Bándalos Chinos, Krupoviesa y Rey Hindú, quienes, esta vez en calidad de público, interactuaban con colegas y seguidores. Pero no todo fue música. A manera de ínterin, Demian Roch llevó adelante un stand up que fue de menos a más, y que terminó de atrapar la atención de una audiencia que al principio parecía apática. Aunque al final terminó seducida por un repertorio humorístico muy lúcido que aludió al “meta jingle” y al “Bebe Contepomi y sus Salchipapas” para esbozar una sonrisa. Eso le dejó caliente el escenario al próximo show de la ya para entonces noche, un acto tan delirante como la performance que recién había concluido. Lo que bien supieron aprovechar Lxs Rusxs Hijxs de Putx, quienes brindaron un set digno de la fama que logaron hacerse.
Más próxima en actitud a una guerrera vikinga que a una Mamuschka, la vocalista Luludot Viento se adueñó del escenario apenas el cuarteto subió al escenario. Tras arrancar con “Nada”, tema incluido en su disco anterior, La rabia que sentimos es el amor que nos quitan (2015), la banda acudió a “Soy horrible”, “Porquería” y “Poca cosa”, de su más reciente trabajo de estudio, Nos vamos a morir de hacer estrategias de amor (2018). Aunque originalmente se trataba de un show corto, la agrupación, que promediando su presentación había puesto a delirar de amor y de rabia al público –en ese viaje que se convirtió en una de las marcas registradas no sólo de sus recitales, sino también de la movida independiente nacional– logró colar algunos temas más. Entonces aparecieron “Los pibes”, el ya clásico “Carmelo”, incluido en su EP debut Hola (2013), “Bien, bien, bien”, “Halloween” y “Tu mami”, single de su primera producción. Generando una ebullición inolvidable, muy punk.
La banda ya había finalizado su intervención pero Lulu seguía en el escenario. Y transformó ese lapso en un manifiesto político nada más que con su intención. “Le doy el micrófono a quien quiera decir algo”, espetó la cantante, a quien ya se le había corrido el maquillaje: toda una metáfora de quien conoce el combate. Pero nadie lo quiso tomar, y cerró con un gesto de “se pierden la oportunidad”. Entonces le secundó la vereda de enfrente. Si Lxs Rusxs atacan la descomposición social con un poco de su propia medicina, aunque también poseen el antídoto, el otro eslavo de la movida independiente local, Conociendo Rusia, laboratorio cancionero de Mateo Sujatovich (hijo de Leo Sujatovich, otrora integrante de Spinetta Jade), le inyecta, más que optimismo, urbanidad, intimismo y sensiblería a esta época. Todo un adalid del pop. No por nada se tornó en uno de los artistas revelación del año pasado, una vez que salió su primer material discográfico.
Es tan sorprendente lo que sucedió con Conociendo Rusia que su show marcó el pico de convocatoria de la presentación de Oktubre. Ataviado con su ya tradicional remera de Atlanta, club que refleja bien su origen y buena parte del concepto del proyecto musical, Sujatovich arrancó con “La puerta”, uno de los temas épicos de su primer disco. Los secundó el canchero “Cicatriz”, lo que le permitió colar uno de sus noveles canciones, para seguir con uno de sus hits personales: “La luna”. Pese a que le hubiera venido bien a manera de escenografía, la noche del jueves, por momentos veraniega y en ocasiones primaveral (o posiblemente el condimento caluroso haya sido más un asunto de la gente), subió un cambio con el bailable “Juro”. El artista, conocido equilibrista del éxtasis, volvió a calmar las aguas con “La mexicana”, el cautivante “Bruja de Barracas” y la oda al pop “Loco en el desierto”.
Pese a que las chicas lograron algunas victorias en los últimos tiempos, todavía quedan muchas deudas por consumar. Una de ellas, por lo menos en la música, es copar todavía más la programación de salas y festivales. Jazmín Esquivel es una de las militantes de la Ley de cupo femenino en la Argentina. Por eso su palabra tiene peso, de la misma forma que sus canciones. En la presentación de Oktubre hizo tres: una mejor que la otra. Después de pararse frente a un predio lleno que esperaba a DToke, peló valientemente la guitarra acústica, y primero hizo “Puñal”. A continuación se encaramaron dos cantantes que armaron una terna y una dinámica muy rica. Con Miel Monestier y Ian Odessky se plantaron, evocando la propuesta de la dupla estadounidense CocoRosie, con una oferta que mezclaba, entre lo propiamente pop y lo vilmente vanguardista, lo acústico, lo vocal y lo hiphopero. Así hicieron “Y regálame” y “Una mierda”. Una cuota de frescura entre lo que había estado y lo que se encontraba por venir.
Ya para ese momento se había producido un recambio de conductores en la animación: el paso de artistas y estilos fue dejando en evidencia los diferentes perfiles de la radio. “Es la identidad de la radio que se aggiorna a lo que vivimos hoy, que es todos con todos sin joder a nadie”, asegura La Coneja China. “Y con la intención de hacer todo más divertido y fácil”. Mikki Lussardi agrega: “Tanto los que nos pagan como nosotros estuvimos mancomunados en la celebración. En el brindis, en la foto, en el festejo, en los nervios, en el laburo y en la recolección de la basura”, describe la conductora acerca del trabajo colectivo para echar a andar la fiesta. “Y esa imagen me la guardo. Estamos haciéndonos cargo de lo que nos toca, que es un montón, que es estar frente a un micrófono. En una radio nueva, en una radio que va pasar música que consideramos que está bien pasar, y en la que vamos a decir las cosas que queremos y necesitamos que sean dichas para que alguien las escuche”.
Lussardi rescata la curaduría. “Lo que sucedió en el escenario está relacionado con lo que está sucediendo al aire, que no la coexistencia de tribus, sino con la transversalidad. Somos todos lo mismo: somos Oktubre en este momento”. La Coneja China, quien estuvo luciendo y agitando su set de cumbia mientras se preparaba la competencia de freestyle, expedita: “Hubo tanto amor, y fue tan bien recibido todo, que fue una fiesta”. Antes de que el festejo concluyera, los conductores de Derrape, Manu Basile y Gonzo Vian, se encargaron de amenizar la batalla de improvisaciones. Kris Alaniz se les iba a sumar, pero tuvo que hacerse cargo de una de las plazas del jurado, que completaban Real Valessa y, por supuesto, DToke. Previo al anuncio de de los combates, los presentadores le pidieron al Campeón que regalara un poco de su flow. Y este no sólo no lo dudó, sino que su munición gruesa y afilada apuntó en varios de sus pasajes a Mauricio Macri, arrancando una ovación al público.
A diferencia de lo que suele suceder, y tomando en cuenta la coyuntura del evento, Derrape convocó a los ocho competidores que participaron. Cinco eran mujeres debido a que, y eso lo explicaron a la audiencia, están comprometidos con la Ley del cupo femenino. A razón de la modalidad, se llevaron adelante cuartos de final, semifinal, que enfrentó a la rapera NTC con el MC Cable, y a las freestylers Tink (una de las experimentadas del deporte intelectual) con Roma. Y en la final se vieron las caras NTC con Tink. Si bien en las batallas anteriores la temática, que no podía apelar a la discriminación ni por el sexismo, era elegida, en este caso fue libre. La veteranía pudo más, y Tink terminó ganando el mini campeonato. Lo que auguró no sólo un cambio de paradigma en la manera de entender la cultura en la Argentina, sino que también instaló al pictórico edificio que contiene a Oktubre, y que el jueves fue testigo de una jornada agitada, en la nueva base de operaciones de milennials y centennials.