El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo ayer que está siendo duro y lo seguirá siendo en sus llamadas con los líderes internacionales, ya que, a su juicio, muchos países se han aprovechado hasta ahora de Estados Unidos y que eso no va a ocurrir más. El fin de semana mantuvo una charla tensa con el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, por los 1250 refugiados que el ex presidente Barack Obama se comprometió a recibir.
“Tenemos que ser duros. Es momento de ser un poco duros, amigos. Todos los países del mundo se están aprovechando de nosotros virtualmente. No va a seguir pasando”, dijo Trump a los estadounidenses. El presidente de Estados Unidos se refirió así, durante el Desayuno Nacional de Oración, a las llamadas de teléfono que tuvo en los últimos días con líderes mundiales y cuyo contenido se ha filtró con gran polémica.
La conversación con el primer ministro australiano, Turnbull, acabó en disputa en la que Trump, según The Washington Post, colgó el teléfono a su interlocutor y situó a los dos estrechos e históricos aliados al borde de la crisis diplomática. “Créanme, cuando oigan algo de esas duras llamadas telefónicas, no se preocupen por ello”, manifestó ayer el presidente de Estados Unidos, que lejos de desmentir lo publicado, pareció defender su actuación y avanzar que habrá más conversaciones semejantes. “El mundo tiene problemas, pero vamos a arreglarlos, ¿verdad? Eso es lo que yo hago: arreglo cosas”, dijo Trump.
La conversación telefónica con Turnbull estaba llamada a ser una de las más agradables para él con un líder internacional, según el rotativo. Sin embargo, cuando el jefe de gobierno australiano intentó saber si Estados Unidos va a cumplir su compromiso de aceptar a 1250 refugiados procedentes de Australia, el republicano la convirtió en una reprimenda por el acuerdo al respecto que cerró con Obama. Se trata de un pacto para permitir el traslado de refugiados que se encuentran en campos de detención de las islas del Pacífico bajo unas condiciones de vida condenadas por la ONU y por grupos defensores de los derechos humanos.
Trump y Turnbull habían pactado hablar una hora, pero tras 25 minutos de conversación, el mandatario estadounidense colgó el teléfono al australiano, no sin antes hacerle saber que ese día había hablado con otros cuatro líderes mundiales, uno de ellos el ruso Vladimir Putin. Y entonces le espetó: “Esta ha sido la peor conversación de lejos”. Según el Post, el presidente norteamericano llegó a acusar al primer ministro australiano de querer enviar a Estados Unidos al “próximo terrorista de Boston”, en referencia al atentado de 2013 en el maratón de esa ciudad.
El portavoz de Trump, Sean Spicer, intentó ayer calmar la situación, apenas un par de horas después de que Trump justificara la dureza de sus conversaciones telefónicas. “Fue una charla muy cordial”, manifestó en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca. “El presidente tiene un tremendo respeto por el primer ministro y el pueblo australiano”, dijo. “Lo que hizo fue manifestar lo increíblemente frustrado que está por ese acuerdo, está extremadamente enfadado”, aseguró Spicer.
Sin hacer mención a la conversación con Turnbull, Trump se refirió ayer a través de la red social Twitter al compromiso de Obama de acoger refugiados que están detenidos en Australia. “¿Pueden creerlo? El gobierno de Obama acordó traer a cientos de inmigrantes ilegales de Australia. ¿Por qué? ¡Estudiaré este estúpido pacto!”, señaló el presidente estadounidense, quien luego escribió para rebajar la tensión: “Yo amo a Australia como país, pero sólo pregunté por el acuerdo”. Muchos de los 1250 refugiados son originarios de los siete países de mayoría musulmana a los que Trump suspendió el viernes último la concesión de visados. Trump firmó un decreto que suspende durante 90 días el otorgamiento de visas y prohíbe la entrada a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen, y frena todas las acogidas de refugiados durante 120 días, y de manera indefinida para los sirios.
Por su parte, Turnbull ha reconocido que Trump no habría firmado el acuerdo si él hubiera sido entonces el presidente. En cuanto al cariz que tomó su conversación telefónica, el primer ministro australiano dijo: “No es correcto que Trump me colgara. La charla fue muy franca y directa”.
De acuerdo con las fuentes del Post, Trump se habría comportado de una forma similar con otros mandatarios con los que ha conversado, como con el mexicano Enrique Peña Nieto. En esa charla Trump amenazó supuestamente a su homólogo mexicano con enviar tropas a su país para combatir a los “bad hombres”(ver aparte).