La producción total de gas en 2018 fue de 47.021 millones de metros cúbicos. De este total, lo generado desde Neuquén, que es donde se localiza la mayor superficie de Vaca Muerta y los principales yacimientos gasíferos convencionales fue de 24.317 millones de metros cúbicos. Prácticamente hubo una sola compañía que lideró el incremento interanual en sus volúmenes extraídos: Tecpetrol, la operadora del Grupo Techint.
Si se restara a esta empresa del cálculo total, la producción interanual se hubiera estancado en 43.000 millones de metros cúbicos en la comparación interanual, mientras que el resultado en Neuquén hubiera sido negativo (-1,4 por ciento). Sin Tecpetrol, en Neuquén se hubieran producido 21.392 millones de metros cúbicos frente a los 21.694 millones de 2017. Es decir, el crecimiento en la producción de gas dependió casi exclusivamente de los subsidios distribuidos a través de la Resolución 46, otrora cuestionados de “populistas”.
Burbuja
En ese contexto, Vaca Muerta no es ninguna panacea, como tan poco lo son los no convencionales en todo el mundo. Para el catedrático de la Universidad de Alcalá y autor del libro “Fracking, vaya timo”, Manuel Peinado Lorca, en toda la industria petrolera pudo comprobarse que a lo largo de los años las curvas de ascenso de la producción son seguidas por un breve amesetamiento y luego una caída igual de pronunciada, algo conocido como el “efecto campana”.
“En el caso de los recursos no convencionales, ese ascenso y caída será mucho más rápido”, sostuvo en un artículo publicado en marzo de 2018 (“Fracking en Estados Unidos: más dura será la caída”), agregando que la principal y única sostenibilidad para la explotación de los no convencionales “radica en la burbuja financiera que los sostiene”.
Conflictos
La empresa del Grupo Techint incrementó su producción en Vaca Muerta, en el yacimiento Fortín de la Piedra, un 1048 por ciento al pasar de 237 millones de metros cúbicos en 2017 a los 2722 millones el año pasado. Por la Resolución 46 –ahora en disputa–, la empresa de Paolo Rocca debería recibir 4200 millones de pesos en subsidios, aproximadamente. Sin esos recursos, no habría Vaca Muerta que exhibir.
“La puja por los subsidios en los no convencionales es una muestra de los conflictos de interés hacia el interior de la Alianza Cambiemos, entre el capital energético/petrolero que recibió subsidios a la oferta y el beneficio de los tarifazos y la necesidad de llevar adelante un ajuste fiscal por pedido del FMI. Todo lo que estuvo por fuera de la Resolución 46 no creció sino que decreció en algunos casos. Y este año, ante el posible recorte de subsidios, puede que incluso haya un retroceso general en la producción de gas”, agregó Sabbatella.
YPF redujo su producción en Vaca Muerta (Loma Campana), al pasar de 852 millones de metros cúbicos en 2017 a 833 millones el año pasado, es decir una merma de 2,2 por ciento. Al extender el análisis a la producción total de gas, YPF se estancó en los 15.000 millones de metros cúbicos en la comparación interanual (2018-2017). Sin embargo, al incorporar los resultados de las subsidiarias de la empresa estatal (Grupo YSUR) y los yacimientos Río Neuquén y Aguada de la Arena que pertenecían a Pampa Energía, la caída (real) sería de 3,9 por ciento en la producción gasífera, según un análisis realizado por Oetec.
Los no convencionales dependen del esquema financiero (deuda) para sostener la producción; en Argentina, hasta el momento, fueron los subsidios que el FMI pretende eliminar para garantizarse el cobro de la deuda externa contraída por el gobierno nacional.
@spremici