El brigadier general retirado Basilio Lami Dozo, miembro de la tercera junta militar de la última dictadura, murió a los 88 años tras una grave enfermedad. Como comandante de la Fuerza Aérea, fue junto a Leopoldo Galtieri y Jorge Anaya uno de los tres máximos jefes militares responsables de la guerra de Malvinas en 1982. Lami Dozo fue absuelto por la Cámara Federal porteña en el juicio a los ex comandantes, fue condenado por el consejo supremo de las Fuerzas Armadas por la imprevisión y los delitos en Malvinas y finalmente fue indultado por el ex presidente Carlos Menem.

Nacido en Santiago del Estero en 1929, Basilio Arturo Ignacio Lami Dozo reemplazó al frente de la Fuerza Aérea al brigadier Omar Graffigna en diciembre de 1981 y pasó a retiro en agosto del año siguiente, tras la derrota en Malvinas. El informe del general Benjamín Rattenbach para la Comisión de Análisis y Evaluación Político-Militar de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur calificó a la guerra como “una aventura irresponsable”, en la cual cada arma funcionó por su cuenta, sin preparación y con una conducción plagada de errores. En base a ese informe, el consejo supremo destituyó a los tres jefes militares, condenó a Galtieri a doce años de prisión, a Anaya a catorce años y a Lami Dozo a ocho años. En segunda instancia, en 1988, la Justicia civil ratificó las condenas y las unificó en doce años de prisión.

Su cautiverio terminó en octubre de 1989, cuando el presidente Menem lo incluyó en su primera tanda de indultos y le permitió mantener el grado de brigadier general. Dos años después, la creación de un Consejo de Brigadieres para asesorar a la conducción de la Fuerza Aérea, iniciativa del entonces ministro de Defensa, Antonio Erman González, le permitió volver a cobrar sueldo como militar en actividad.

En 2001 contó que la junta no había previsto la rápida respuesta militar inglesa. El objetivo del desembarco fue “darle un mayor dinamismo a las reuniones para llegar a un acuerdo” con el Reino Unido, pero no previeron “la velocidad con que Gran Bretaña conforma su fuerza de tareas”. “Se tenía previsto una reacción de Gran Bretaña, por supuesto, pero quizás más mediante Naciones Unidas”, contó. Personalmente, admitió, nunca pensó que se pudiera vencer a los ingleses en el campo de batalla. “Creo que en la mente de ellos (por Galtieri y Anaya) podía estar que para llegar a un acuerdo se tenía que pasar primero por un enfrentamiento. Esto era enfrentamiento-tregua-acuerdo. Para mí no, era acuerdo-acuerdo-acuerdo. No sé si ellos pensaron que se podía vencer. Yo nunca lo pensé”, afirmó.

Por los delitos de lesa humanidad cometidos por la Fuerza Aérea, Lami Dozo nunca fue condenado. En 1985 el fiscal Julio Strassera lo acusó por su responsabilidad mediata en 239 privaciones ilegales de la libertad, pero luego la Cámara Federal lo absolvió junto con Galtieri, Anaya y Graffigna. En 2003 el juez español Baltasar Garzón pidió su detención y extradición para juzgarlo junto a otros 47 imputados por su participación en el terrorismo de Estado. Cuando la Justicia argentina libró las órdenes de captura, Lami Dozo logró el beneficio del arresto domiciliario. La anulación de las leyes de impunidad durante el gobierno de Néstor Kirchner puso fin a esa causa en el exterior.