“Con el programa de Precios Transparentes van a bajar los precios al contado de los productos entre 15 y 20 por ciento. Hoy no existe la cuota sin interés, existen las cuotas con interés oculto”, dijo el secretario de Comercio, Miguel Braun, el 23 de enero. La medida se implementó a inicios de esta semana pero no sólo bajaron poco y nada los precios en efectivo –algunos habían subido previamente, cuando el Gobierno anunció la medida, constituyendo un “colchón” para maquillar luego supuestos descensos– sino que en algunos casos hasta aumentaron. En el Gobierno ahora corren la fecha para la baja de precios. Braun aseguró ayer que “ya se irán generando rebajas”, sin aclarar cuándo ni cómo. Lo mismo pasó con las promesas de campaña de bajar la pobreza a cero, lanzar un millón de créditos para la vivienda y reducir la inflación en forma gradual a un dígito.
Ariel Langer, ex subsecretario de Comercio Interior, mencionó a este diario que “el Gobierno cometió un grosero error de diagnóstico al modificar el esquema de cuotas”. Explicó algunas de las principales diferencias entre el programa Ahora 12 original y la nueva versión de febrero 2017. “Antes había una resolución que impedía cobrar un precio al contado y otro en cuotas. Nosotros hacíamos los controles y si un comercio se estaba haciendo el vivo lo dejábamos afuera del programa de financiamiento”. Braun modificó esa normativa para hacer justamente lo contrario: que los comercios muestren precios distintos en efectivo y en cuotas. “La apuesta del actual gobierno es que los comerciante reduzcan los precios de contado. Pero no entendieron que en Argentina los precios una vez que alcanzan un valor no bajan”, apuntó.
Langer planteó que en los últimos años los bancos habían aceptado ceder algo de rentabilidad a cambio de que haya más ventas con el programa Ahora 12 y mejorar el negocio a partir de un mayor volumen de transacciones. “El Estado subsidiaba una parte pequeña del valor de las cuotas y el sistema financiero aceptó cubrir otra parte, con el objetivo de que los comercios pudieran vender más en 12 cuotas. Pero ahora eso perdió sentido. Los comerciantes no bajaron los precios en efectivo y encima incrementaron fuerte el de las cuotas. Esto atenta contra el consumo. Es posible que en algunas semanas, cuando los locales no hayan tenido ventas, empiecen a ofrecer en promoción algunos productos”, estimó. Pero el sentido de Ahora 12 y la promoción en cuotas se habrá perdido.
La Anónima, la cadena de supermercados de la familia Braun, fue uno de los comercios donde Precios Transparentes tuvo un impacto muy diferente al que esperaba el Gobierno para reducir los precios en efectivo. Una heladera Whirpool de 325 litros costaba en este supermercado 19.999 pesos el mes pasado, y se podía comprar en 12 cuotas de 1666 pesos. Ahora se mantuvo el precio de contado, pero las cuotas subieron a 1871 pesos, con un alza del 12 por ciento. Un celular Motorola E costaba el martes en los locales de La Anónima 2999 pesos, con 18 cuotas de 166 pesos por mes. A partir de febrero, con la nueva normativa del Gobierno, el precio de contado en lugar de bajar subió a 3149 pesos, un 5 por ciento, y las cuotas pasaron a ser de 201 pesos, un incremento de 21 por ciento.
“Precios Transparentes es una mala solución a un problema que el propio Gobierno generó con la caída del consumo. Para los comercios y las tarjetas, el aumento de la tasa de interés hizo que deje de ser negocio las 12 y 18 cuotas sin interés. Los locales ven mes a mes como se reducen sus ventas”, señaló el ex viceministro de Economía, Emanuel Alvarez Agis. Remarcó que para un comercio, con las Lebacs con tasas tan altas, ya no le interesa vender mucho en cuotas. “Aunque venda menos, el comercio prefiere vender de contado que financiado. En lugar de vender tres heladeras en 12 cuotas sin interés, es más rentable vender una sola heladera de contado e invertir ese dinero en una Lebac”, aseguró. El ex funcionario en la gestión de Axel Kicillof dijo que “el anuncio del nuevo programa de Precios Transparentes lo que está haciendo es cargarle el costo de la recesión y de las altas tasas de interés a los consumidores”.