PáginaI12 En Venezuela
Desde Caracas
Juan Guaidó llegó al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Caracas pasado el mediodía en Venezuela. Selló su pasaporte en migraciones, fue recibido por embajadores de Francia, Alemania, Portugal, España, Rumania, entre otros, y por seguidores. La presencia de diplomáticos se debió a, según afirmaron, garantizar que no fuera detenido, como se especulaba que podría suceder, ya que el Tribunal Supremo de Justicia había dictado su prohibición de salida del país.
A la hora de su ingreso ya estaba organizada su recepción en Caracas, en la zona de Las Mercedes, espacio habitual de los actos de la oposición en la zona adinerada del este de Caracas. La oposición también estaba movilizada en otros lugares del país, como en la ciudad de Maracaibo.
El autoproclamado presidente había anunciado su retorno por redes sociales desde días anteriores, en la noche del domingo publicó un mensaje a través de su cuenta de Twitter para llamar a que no decayera la movilización, ratificar su decisión de mantener la hoja de ruta, y en una entrevista afirmó que en caso de ser detenido se trataría de un Golpe de Estado. Voceros del gobierno norteamericano habían afirmado por su parte que tomarían severas respuestas en caso de que algo le sucediera.
Esa situación de tensión finalmente fue disipada con su llegada que, a diferencia de su salida, fue por el aeropuerto y no por un camino ilegal de frontera. La decisión de dejarlo ingresar de esta manera parece haber respondido a la voluntad de no abrir un escenario que desemboque en una mayor escalada dentro de un cuadro de gran inestabilidad.
Guaidó se dirigió desde el aeropuerto a Las Mercedes, donde habló ante quienes lo esperaban y una gran cantidad de medios de comunicación nacionales e internacionales. Su discurso se centró en varios aspectos. En primer lugar, en los elementos que ha planteado como necesarios para lograr los objetivos de cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres: la unión de todos los factores de la oposición, la movilización en las calles, y el apoyo internacional.
En segundo lugar, dirigió el mensaje hacia la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Afirmó que la cadena de mando quedó rota ya que él es el presidente encargado, que por esa razón no lo habrían detenido al llegar al país, y que, salvo una pequeña parte, la totalidad de las tropas lo apoyan.
En tercer lugar, llamó a dos actividades. Una reunión con sindicatos de trabajadores públicos para hoy, luego de la cual dará un anuncio, y una movilización a nivel nacional para el sábado. “Claro que sí se puede y claro que vamos a poder (…) el momento es ahora, el cambio es ahora”, afirmó.
Durante el acto Guaidó mostró su pasaporte, y ratificó que había ingresado de manera legal. En efecto, no tiene orden de aprehensión en su contra, la violación de la prohibición de salida del país deberá ser dictaminada por una averiguación del Ministerio Público. Solo podría haber sido aprehendido en flagrancia al momento de salir del país, o al tener una orden judicial al regreso. Cuenta, además, con inmunidad parlamentaria al ser presidente de la Asamblea Nacional.
Guaidó se retiró de la plaza y la jornada finalizó en tranquilidad, en el marco de un feriado de carnaval donde abundaron las imágenes de playas llenas y actividades para niños en las plazas de las ciudades. El objetivo de Guaidó que era volver, mostrarse triunfante por el apoyo internacional y haber logrado salir y regresar, fue alcanzado. El del gobierno, que era evitar todo tipo de incidentes, también. La relación de fuerzas se mantuvo en el mismo punto.
Quedan a partir de ahora incertidumbres y preguntas similares a las que existían días atrás. La principal es: ¿cómo piensa avanzar en el primer objetivo de cese de usurpación, es decir que Nicolás Maduro abandone del palacio de Miraflores, con una Fanb que no se ha quebrado? Los días siguientes darán mayores indicios de cuál será la hoja de ruta, en lo nacional, internacional, en lo público, y en los planes que se desarrollan por debajo de la mesa, ligados a la amenaza de posibles acciones militares de fueras irregulares dirigidas desde Estados Unidos y Colombia.