PáginaI12 En Gran Bretaña
Desde Londres
Los paraísos fiscales son mucho más que los trapos sucios de millonarios y famosos o las guaridas financieras del crimen organizado. Son una parte esencial del actual modelo de globalización económica: sus principales protagonistas son las multinacionales sean del sector productivo o financiero y las principales víctimas son los países pobres y en desarrollo. El caso argentino ilustra a la perfección este tema. Una investigación patrocinada por Naciones Unidas publicada en 2017 mostró que Argentina es uno de los cinco países más afectados por esta sangría. El estudio halló que las multinacionales incurrían en una evasión anual en el país en torno a los 21 mil millones de dólares. El próximo gobierno tendrá la soga al cuello por la deuda que heredará del macrismo: lidiar con este agujero fiscal va a ser esencial. Uno de los detalles más interesantes del seminario sobre Argentina celebrado en Cambridge la semana pasada fue que el cierre estuvo a cargo de John Christensen, director de Tax Justice Network, la ONG que lidera la lucha contra los paraísos fiscales desde 2003. Los organizadores del seminario consideraron que lejos de ser un tema secundario, marginal o técnico, la evasión vía guaridas fiscales es central en la actual crisis y en su solución. PáginaI12 dialogó con Christensen al respecto.
–Toda la mecánica de los paraísos fiscales se caracteriza por una opacidad muy difícil de penetrar. ¿Qué puede hacer un gobierno para enfrentar un fenómeno que tiene una operatoria global?
–Lo primero es reforzar la autoridad impositiva con todo su sistema de auditoría. A este personal, que es clave, hay que remunerarlo bien para que el sector privado no se lo termine llevando. Será importante trabajar con otros países en la región. También examinar detenidamente todos el sistema de deducciones impositivas que muchas veces solo beneficia a las grandes corporaciones y constituye una sangría importante de recursos. A nivel internacional, debería haber una presión regional sobre organizaciones como la OCDE para avanzar con las nuevas propuestas para cobrar impuestos a las multinacionales en el lugar donde tienen su actividad económica. Esta propuesta, que viene impulsando Tax Justice Network, está empezando a ser adoptada a nivel internacional, aunque no a la velocidad y profundidad que deseamos. El problema viene de lejos. En los 70 mantuve un contacto epistolar con el economista argentino, Raúl Presbich, que ya entonces proponía algo de este estilo para que las multinacionales pagaran impuestos donde tenían su actividad económica.
–En esta lucha contra las guaridas fiscales se necesita mucha voluntad política, pero también un trabajo técnico importante. Si uno toma un tema básico como el de definir qué jurisdicciones son paraísos fiscales, vemos que hay diversas listas, con omisiones flagrantes o, también, con inclusiones risibles..
–Es importante tener una lista, pero esta debe ser exhaustiva. Muchas veces vemos que en estas listas aparecen territorios sin ningún peso específico que están en la lista para hacer número. En la reciente lista de la Unión Europea estaba por ejemplo Mongolia actor irrelevante mientras que no había ningún territorio en el interior de Europa mismo. Eso no es serio. Lo que queremos es una lista con los jugadores de peso. Estados Unidos y el Reino Unido. Holanda y la República de Irlanda. Las islas Caimán o las Islas vírgenes Británicas tan centrales en los Papeles de Panamá son territorio británico. Todos estos lugares son muy usados por Argentina y otros países de América latina. Si la lista no incluye a Estados Unidos o el Reino Unido, no es seria.
–Pero hay obstáculos diplomáticos en todo esto. Durante el gobierno de Cristina Kirchner, Panamá denunció a Argentina por discriminación precisamente por ser tratada como paraíso fiscal. Y la Organización Mundial del Comercio le dio la razón a Panamá.
–Sí, hay mucha presión diplomática y política en todo esto de las listas porque va al corazón de la globalización actual, que es una globalización sin reglas en muchos terrenos, por ejemplo, en el impositivo. Creo que mejor que basarse en una lista confeccionada por un país, es ir a las listas confeccionadas por la sociedad civil. Tax Justice Network viene publicando de forma bianual estos índices de secreto financiero que se han convertido en un muy importante índice a nivel mundial que se basa en el nivel de opacidad de cada jurisdicción ponderada con la importancia que tiene a nivel global. Es decir, una jurisdicción puede ser más opaca que otra en su sistema financiero y legal, pero tiene un peso financiero mínimo. Por eso en nuestro índice grandes jugadores del sistema financiero global como Estados Unidos y el Reino Unido, son muy importantes porque el flujo financiero que canalizan tiene un enorme peso a nivel mundial. Lo que vamos a publicar este año es el Indice de Paraísos Fiscales de las Corporaciones. Y ahí vemos cómo las corporaciones usan distintas jurisdicciones con distintos regímenes para socavar la recaudación impositiva en los países donde tienen su actividad económica.
–Por lo que tengo entendido Tax Justice Network están trabajando en la especificidad geográfica de los paraísos fiscales, es decir, cómo ciertas jurisdicciones opacas tienen más peso para determinadas naciones que para otras.
–Históricamente para India las islas Mauricios han sido muy importantes. Cuando se empezó a ajustar las tuercas sobre esta ruta, notamos cierto desplazamiento hacia Singapur. Es decir, la geografía importa. En América Latina esto se nota con la importancia que toda la zona caribeña tiene para la región. Y cada país tiene zonas más sensibles que otras, algo que nos puede ayudar para combatir con mayor eficacia este fenómeno.
–El mundo de los paraísos fiscales está en perpetuo movimiento. El Reino Unido con toda su red de jurisdicciones desde las islas Caimán hasta Jersey está en el centro de todo este sistema. En teoría el 29 de marzo, el Reino Unido dejará la Unión Europea. ¿Cómo afectará esto el ecosistema de los paraísos fiscales?
–El corazón de la actual estrategia es convertir al Reino Unido en un Singapur en el Támesis. Para esto se va a profundizar el lugar central que ocupa el Reino Unido en el universo de los paraísos fiscales. De manera que esta estrategia es un peligro para los países de todo el mundo, en particular para los países que tienen un grave problema de fuga de capitales como Argentina.
–Ahora la City de Londres ya es un paraíso fiscal. ¿Qué más pueden hacer?
–Desregular aún más el sistema financiero. Y además, de esto va a haber menor cumplimiento aún que ahora de las normas financieras que existen. Los entes regulatorios británicos son débiles y les faltan recursos. Pero además el gobierno de Theresa May está muy comprometido con la idea de convertir al Reino Unido en la nación más competitiva a nivel impositivo y esto significa una carrera a la baja, es decir, generar una competencia a ver quién ofrece más ventajas impositivas para sacarle ventaja a otras naciones. Esto es tóxico porque lo que termina sucediendo es que un país A baja los impuestos y en respuesta, el país B y C hacen lo mismo. Esto lo que termina haciendo es desfinanciar al Estado y generar un sistema impositivo regresivo y débil que pone en peligro el desarrollo económico y la estabilidad social que da el Estado de Bienestar.