San Lorenzo debutó en la Copa Libertadores (comparte grupo con Palmeiras y Junior) con un empate sin goles ante Melgar en Perú, un resultado que, fuera de contexto, no es malo. En rigor, fue el undécimo partido con Almirón como DT, quien todavía no sabe lo que es ganar con los de Boedo.
En el fondo, la pelota en los pies de Monetti y salida por abajo, marca registrada de los equipos de Almirón. En ataque, el zurdo Botta por derecha y el veloz Fértoli por izquierda para complicar al local, algo que lograron durante los primeros minutos, cuando les llegó el balón. Una tendencia que, con el correr del tiempo y la ayuda de la altura (2300 metros), no duró.
Lo de San Lorenzo en Perú fue de mayor a menor, casi un reflejo del todavía joven ciclo de Almirón. Alguna opción de Blandi (bien cruzado por un defensor), un sorpresivo choque del arquero Cáceda con un compañero que dejó la pelota boyando –todo en los primeros minutos– y poco más. Desde los 30 hasta el final, lo de la visita fue muy flojo y sólo pudo ser maquillado por las limitaciones de Melgar, demasiado enfocado en pegar más que en jugar. Claro que la suerte tampoco estuvo del lado de San Lorenzo porque a los 50 se lesionó Botta, ingresó un extremadamente desganado Rentería y, 20 minutos después, el colombiano también se fue lastimado.
Al fin y al cabo, Arequipa no fue el esperado (y demorado) punto de partida de San Lorenzo.