Desde Brasilia
Dos meses de gobierno y seis días de Carnaval. Jair Bolsonaro colgó un video obsceno atacando al Carnaval luego de haber sido el personaje más denostado en los festejos carnavalezcos de Río de Janeiro, San Pablo y Bahía, además de ironizado por Caetano Veloso. El PT le recomendó ir a un psiquiatra. Un ex ministro de Justicia no descarta un impeachment.
En su perfil de Twitter el ex capitán publicó imágenes de un joven semidesnudo bailando sobre una parada de taxi u ómnibus en San Pablo antes de inclinarse para que su pareja lo orine en la cara. En pocas horas el tuit viralizó llegando a cerca de tres millones de visitas. Junto a las imágenes escribió “no me siento cómodo al mostrar esto, pero es en esto que se han convertido muchos bloques callejeros , saquen sus conclusiones”.
El diario Folha dedicó uno de sus títulos de la tapa on line para comentar las imágenes “impropias”, cuestionamiento seguido por otros medios conservadores a pesar de ser simpáticos al gobierno. La provocación presidencial tuvo el efecto posiblemente buscado: fue asunto excluyente de la agenda del Miércoles de Cenizas.
Horas después de aquel posteo Bolsonaro retomó el tema del joven orinado en la cara para preguntar, con un doble sentido bizarro: “¿Qué es la Golden Shower (ducha dorada)?”. El hashtag #Impeachment trepó al primer lugar de las tendencias globales seguido por #BolsonaroTieneRazón.
En reacción a esa sucesión de mensajes el diputado del Partido de los Trabajadores (PT) Paulo Pimenta señaló, “no podemos descartar la solicitud de un test de salud mental, el país puede estar en manos de un psicópata”. Y demandó que su cuenta tiene que sea retirada del aire. El jefe del bloque petista definió al gobernante como el “jefe” de un grupo que está envuelto en “corrupción y con las milicias”.
El principal partido opositor moverá una acción en el Ministerio Público Federal basado en la Ley 13.718, de Dignidad Sexual, que pena la exhibición de relaciones sin el consentimiento de los participantes. El jurista Miguel Reale Junior consideró que hay elementos para abrir un proceso de juicio político por quiebra del decoro. El ex ministro de Justicia del gobierno de Fernando Henrique Cardoso fue el uno de los autores del proyecto de impeachment que derrocó a Dilma Rousseff en 2016.
La temeridad de Bolsonaro y su “clan”, donde sobresalen sus tres hijos de hiperderecha, ha dejado en aprietos a sus aliados conservadores como el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) de Cardoso y otras fuerzas, que luego de voltear a Dilma y respaldar la prisión de Luiz Inácio Lula da Silva ahora intentan tomar distancia de un gobierno carnavalesco.
Desde que llegó al Palacio del Planalto el primero de enero la administración parece una “escola do samba” que cada tanto sorprende con sus excentricidades o sus extremismos. El día que tomó posesión Bolsonaro dijo desde el Palacio del Planalto al público en la Plaza de los Tres Poderes que habían llegado el su fin décadas de socialismo en Brasil. Denunció el Pacto Global por las Migraciones y menos de dos meses más tarde envió a funcionarios a la frontera para dar acogida a los inmigrantes venezolanos que huyen de la “dictadura narcoterrorista de Maduro”, según palabras propias y de sus ministros.
La semana pasada viajó a la frontera con Paraguay donde habló con “saudades” de Alfredo Stroessner y de los dictadores brasileños, y aseguró que éstos llegaron al poder gracias a una votación que asegura ocurrió en 1964. Poco después uno de sus hijos se burló del expresidente Lula tras la muerte de su nieto de 7 años.
Con todo la imagen que resumen mejor el carácter circense del mandatario es la foto del mes pasado en la que aparece con un saco, una camiseta de Palmeiras y sandalias en el Palacio de Alvorada junto a sus ministros, éstos de saco y corbata.
Los tuits contra los carnavales seguramente fueron su respuesta a las multitudinarias muestras de desaprobación en los bailes callejeros o las sátiras contra su gobierno o sus aliados en los desfiles de las grandes comparsas profesionales en el Sambódromo de Río de Janeiro.
La comparsa Mangueira, probablemente la más tradicionales del país, fue ovacionada el martes al desfilar por el sambódromo de Rio con imágenes de la militantes Marielle Franco, asesinada en marzo de 2018 por presuntos miembros de una “milicia” paramilitar.
Hace una semana declaró ante la Justicia un ex compañero de armas del mandatario, Fabricio Queiroz, sospechado de “miliciano” y sindicado como uno de los cajeros informales del “clan” Bolsonaro. Según el organismo de control de actividades financieras la esposa de Bolsonaro, Michelle, recibió dinero del prestanombres Queiroz. Ayer Mangueira fue elegida campeona del Carnaval 2019.
Otra escola do samba de la elite carioca, Paraíso do Tuiuti, se paseó con una alegoría sobre Lula aplaudida por el público. Ese mismo grupo mostró un cartel con la frase “Dios encima de todos pero a favor de la tortura”. El slogan de campaña de Bolsonaro decía “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”.
Los cánticos para que el jefe de Estado se vaya “al carajo” fueron coreados por miles de personas en los bailes callejeros donde también hubo muchos que optaron por vestirse de naranja, el color que simboliza a los testaferros. De esa forma se puso en evidencia parte del público cuestiona a los prestanombres bolsonaristas.
La embestidas bolsonaristas del martes por la noche y el miércoles por mañana se agregan a su furioso tuit contra Caetano Veloso y Daniela Mercury, que acaban de lanzar un tema cargado de sátiras. El título del clip que tiene más de tres millones de visitas parece premonitorio: “Prohibido el carnaval”.
Otro que se burló del mandatario fue el popular actor José de Abreu, conocido por su participación en novelas de la TV Globo, que ayer se refirió a la “Golden Shower”. Abreu escribió, “la Golden Shower es un término en inglés para referirse a los cheques depositados (por un prestanombres) en la cuenta de la primera dama Michelle. Llueve oro” en el entorno gubernamental.