La producción industrial registró una caída del 10,8 por ciento en enero frente al mismo mes de 2018, informó ayer el Indec. Si bien todos los rubros tuvieron bajas en la comparación interanual, el índice manufacturero estuvo especialmente afectado por el desempeño del sector químico, la producción textil, materiales de la construcción, siderurgia y metalmecánica. La industria es un sector clave para el tejido del empleo y los salarios, las exportaciones y el avance tecnológico y a la vez es el más castigado por la política económica de Cambiemos, en base a la caída del consumo interno, las altas tasas de interés, la suba de costos tarifarios y el aumento de importaciones. En la medición desestacionalizada, el Indec registró una suba frente a diciembre del 4,6 por ciento.
El año comenzó mal para la manufactura, en la misma línea del derrape que arrastra desde la crisis cambiaria. Se trata de una profundización en el deterioro del sector industrial que viene desde hace un tiempo. En el final del gobierno anterior, la UIA midió una caída de la actividad industrial del 0,8 por ciento en 2015, que se montó sobre la baja del 2,8 por ciento registrada por esa entidad en 2014. El nivel de actividad de 2015 terminó 3,6 puntos por debajo de 2013 y 4,4 puntos abajo del máximo de 2011.
Con el gobierno de Cambiemos, la situación desmejoró notablemente. En 2016 la industria cayó un 4,9 por ciento para la UIA. El Indec midió en 2017 una suba del 1,8, muy por detrás de la caída del año anterior. Y el año pasado cerró con otra fuerte caída del 5 por ciento. Desde mayo de 2018, la industria muestra nueve bajas interanuales consecutivas.
En enero, el sector textil tuvo una caída del 27,9 por ciento y el subsector de confección de ropa, del 8,2 por ciento. Otro rubro mercado internista es madera, papel, edición e impresión, que bajó un 6,7 por ciento en el mes. En productos de caucho y plástico, la caída fue del 12,4 por ciento, mientras que muebles y colchones lo hizo en un 14,5 por ciento.
Estas fuertes caídas en los niveles de producción se explican por el desplome de las ventas. Según la CAME, el consumo se redujo un 10 por ciento en enero. El peor resultado fue para calzado y marroquinería, con una merma de ventas del 14,8 por ciento, mientras que muebles bajó 14,3. Otro sector muy castigado por la caída del consumo y la apertura de importaciones es equipos de informática, televisión y comunicaciones, con una baja del 57,6 por ciento, en tanto que en equipos y aparatos eléctricos el retroceso fue del 10,6 por ciento.
La rentabilidad empresaria está acorralada y afecta a la inversión productiva. Un reflejo de esta situación es el derrumbe de la producción de maquinaria y equipo, del 42,8 por ciento en enero frente al mismo mes de 2018. Ese dato se explica por el derrape del 90 por ciento en maquinaria agrícola. Este sector sufrió en enero un importante golpe con el cierre de la planta de motores de Deutz Agco, que dejó a 70 personas sin trabajo.
La producción del bloque automotor registró una caída del 18 por ciento traccionada por la merma del 37 por ciento del ensamblado de autos. La industria automotriz trabaja con niveles mínimos de utilización de su capacidad instalada. A partir de esa situación, las terminales vienen afectando con suspensiones la fuente laboral de unas 7 mil personas, con los casos más notorios de Peugeot, Honda y Renault (ver aparte). La producción de motocicletas anotó en enero una baja del 80 por ciento ante la caída del consumo y la suba de tasas, que anuló los créditos.
En la siderurgia, que abastece a la industria automotriz, metalmecánica y a la actividad de la construcción, la caída en enero fue del 15,2 por ciento, al tiempo que en minerales no metálicos, que engloba a los insumos de la construcción, la baja fue del 19 por ciento. En el sector de sustancias y productos químicos se registró una caída del 7,4 por ciento, en donde se destacó la merma de producción del 14,9 por ciento en detergentes, jabones y productos personales.
El deterioro en el nivel de actividad se traduce en términos laborales: desde que comenzó el gobierno de Mauricio Macri se destruyeron 126.100 puestos de trabajo en la industria, el 10 por ciento de la plantilla manufacturera que existía al finalizar 2015.