El dólar cerró ayer a 41,72 pesos y marcó un aumento de 88 centavos. La cotización a la que compran divisas los ahorristas minoristas alcanzó un nuevo pico desde el 28 de septiembre pasado, cuando se había ubicado en 41,94 pesos. A nivel mayorista, la divisa cerró en 40,75 pesos frente a los 39,81 del viernes pasado. Las presiones sobre el tipo de cambio comenzaron a mediados de febrero y en los últimos días se potenciaron. Los datos negativos de la economía generan incertidumbre entre los inversores. La principal preocupación de la city es la inflación. En enero fue del 2,9 por ciento y los consultores estiman que podría rondar el 4,0 por ciento en febrero. La tensión financiera no regresó sólo en el frente cambiario. Los activos argentinos volvieron a ser riesgosos para los fondos del exterior. El resultado es una ola de ventas. Las acciones que cotizan en las bolsas de Nueva York cayeron más del 6 por ciento y el riesgo país subió hasta 750 unidades: uno de los niveles más altos del año. Consultores y bancos ajustaron tres puntos al alza su pronóstico de inflación para 2019.
La inestabilidad cambiaria de las últimas semanas llevó al Banco Central a subir nuevamente las tasas de interés. En la jornada de ayer se renovaron 200 mil millones de pesos de Leliq con una tasa promedio de 50,55 por ciento. El viernes pasado el rendimiento de las letras a corto plazo había sido del 50,22 por ciento, mientras que a mitad de febrero era de 43,94 por ciento. El organismo a cargo de Guido Sandleris se encuentra en una encrucijada. La expectativa de inflación se aceleró y potencia la compra de divisas para refugio de la city. Esta mayor dolarización produce inestabilidad sobre el tipo de cambio y ocasiona nuevas presiones sobre la inflación. La entidad pretende contener las tensiones del dólar y los precios subiendo la tasa de interés pero lo que consigue es agravar el freno de la economía.
Los inversores internacionales empezaron a inquietarse nuevamente por el riesgo argentino. La situación es similar respecto de lo que se observó en diciembre pasado, cuando bonos y acciones marcaron fuertes caídas. El record de riesgo país fue de 837 unidades el 27 de diciembre. En enero hubo una compra de bonos de mediano y largo plazo que permitió bajar este indicador a 633 unidades el 5 de febrero. Entre los agentes de bolsas vieron ese rebote de forma optimista y dijeron que la tendencia era que el indicador del JP Morgan iba a bajar hasta 400 puntos con el correr de los meses. Pero la incertidumbre volvió a aparecer a partir de la segunda quincena de febrero y el índice de riesgo país subió más de 120 puntos en las últimas tres semanas. Ayer terminó en 750 puntos.
Los títulos públicos que más cayeron fueron los de largo plazo. Se destacó el retroceso del 1,9 por ciento del Argentina 2037, en tanto que el Discount en dólares 2033 también cayó 1,9 por ciento, el Par bajó 1,8 y el Bonar 2024 descendió 0,9. Los bonos no fueron los únicos activos con caídas importantes en la jornada. Las acciones locales que cotizan en Nueva York registraron un desplome, que se sumó a las pérdidas de los últimos días. Los bancos fueron algunas de las empresas más castigadas. El Grupo Financiero Galicia marcó un retroceso del 7,1 por ciento, al tiempo que el Supervielle anotó una pérdida de 7,9. Marzo está siendo un mes para el olvido para las entidades financieras. El Banco Macro, por caso, acumula en seis días pérdidas de casi 14 por ciento.
El problema para contener las presiones de precios en las últimas semanas fue el elemento clave para explicar la baja de los activos. Se trató de un factor todavía más importante que la incertidumbre electoral y el cambio de humor del mercado financiero global con los países emergentes. Los consultores del mercado elevaron al alza sus pronósticos de inflación para este año y explicaron que el proceso inflacionario no se logró encausar con el programa monetario del Central. En el último relevamiento de expectativas de mercado publicado ayer por la autoridad monetaria se estimó una suba de los precios para 2019 de 31,9 por ciento. La cifra fue casi 3 puntos mayor respecto del 29,0 por ciento pronosticado en el informe del mes anterior.
Los consultores del mercado aumentaron sus previsiones de precios, al tiempo que incrementaron su pronóstico de caída de la actividad. Indicaron que este año el PBI se contraerá un 1,3 por ciento, cuando en el informe del mes anterior habían pronosticado un retroceso del 1,2 por ciento. Para el tipo de cambio aseguraron que cerrará el año en 48 pesos y alcanzará los 56 pesos en diciembre de 2020. La suba de la divisa en las últimas semanas puede ser un elemento que obligue a los consultores a ajustar estas estimaciones una vez más, como les ocurre invariablemente todos los meses.