Docentes de todo el país comenzaron el paro de 48 horas en reclamo al Gobierno por la paritaria nacional, clausurada desde 2017. En el primer día de protesta, la actividad central fue una marcha a la Plaza de Mayo. “Venimos a decirle al presidente Mauricio Macri que no queremos volver a las etapas más críticas de nuestra patria, cuando los maestros estaban bajo la línea de pobreza; a eso nos ha llevado este gobierno”, señaló en el acto de cierre de la jornada la titular de Ctera, Sonia Alesso.
El gremio de los docentes estatales estimó en un 90 por ciento la adhesión a la medida. En contrapunto, el Ministerio de Educación aseguró que el acatamiento había sido mínimo, afectando a menos del 30 por ciento de la matrícula.
La huelga fue convocada por Ctera, Sadop ( docentes privados) y Conadu (universitarios), es decir por los gremios de todos los niveles de enseñanza en todas sus modalidades y se extenderá hasta el viernes, ya que por su integración –un 80 por ciento son mujeres– los docentes adhirieron también al paro del 8M.
En la marcha se vieron delegaciones de todas las provincias, incluidas las seis que ya tuvieron acuerdos salariales en sus paritarias locales. Es claro que todas sufren las consecuencias del no funcionamiento del espacio de negociación nacional. Algunos casos:
“En Neuquén la provincia se hizo cargo del aumento del incentivo docente”, contó Marina Cáceres, llegada desde la localidad de Aluminé. Este Fondo, constituido con aportes de la Nación y que se distribuye de manera igualitaria entre los maestros, para mejorar los salarios, fue congelado la Nación en junio de 2016.
“Doy clases en una escuela de Dock Sud, Avellaneda, que está totalmente abandonada. Sólo nos ayuda la intendencia, que se hizo cargo de arreglar el edificio con fondos propios. La demanda de alumnos aumentó: de 96 chicos en 2015 pasamos a 160 en tres años, y el por qué es que somos un colegio de jornada completa y tenemos comedor. Los pibes tienen la necesidad de venir para comer, dejaron otras escuelas para venir a la nuestra. Ahora la provincia pasó a la municipalidad los comedores escolares. En un sentido, puede que la intendencia tenga una mejor visión local, pero en otro, lo que vemos es que el estado se sigue desresponsabilizando”, planteó Claudio Palligas, maestro de cuarto grado de la escuela Guardacosta Río Iguazú.
En mayo de 2016, el presidente Mauricio Macri lanzó en Ingeniero Luiggi, La Pampa, el programa de construcción de 3 mil jardines de infantes. “El edificio que prometió en Luiggi nunca se terminó. Quedó abandonado, actualmente sólo es una estructura precaria. La gobernación (de Carlos Verna, del FPV) anunció ayer que se va a hacer cargo de terminar la obra”, contó Claudia Calderón, docente nacida en esa pequeña localidad de 4.000 habitantes. Lo mismo pasó en su provincia con el jardín de infantes de General Pico y Winifreda.
La salida a la calle de Los gremios tuvo color, condimentos visuales. Sobre la avenida de Mayo, por delante de la cabecera de la marcha, los docentes llevaron unos inflables gigantes con forma de lápices. Detrás pusieron una murga, detrás levantaron una fila de guardapolvos blancos –cada uno con una letra–, formando la consigna “Paritarias Ya”. Recién después se acomodaron las columnas.
En la primer línea, detrás de una pancarta de arrastre, se ubicaron los dirigentes. Roberto Baradel (Suteba, bonaerenses), Eduardo López (UTE, porteños), los secretarios generales de los gremios de base de Ctera de las demás provincias, María Lázzaro, (Sadop), Carlos De Feo (Conadu), Luis Tiscornia (Conadu Histórica), Daniel Ricci (Fedum), Mirta Petrocini (Docentes Argentinos Movilizados).
Desde el escenario, estos dirigentes pusieron el acento en cuatro puntos cuya discusión iba de la mano de la paritaria nacional: mayor presupuesto educativo, escuelas seguras, becas para los estudiantes, aumento para los comedores y copas de leche escolares.
“Han eliminado, por decreto, violando la ley, la paritaria nacional docente. Incumplieron la Ley de Financiamiento Educativo. Están llevando a las escuelas de todo el país a situaciones muy difíciles, y a los maestros a tener que endeudarse porque no llegan a fin de mes. Todos los días nos encontramos en nuestros sindicatos con jubilados que tienen que sacar créditos para pagar los servicios. Les quitan becas a nuestros pibes. Esta es una marcha contra la desidia, la represión y la violencia del discurso oficial”, dijo Alesso.
A su turno, María Lázzaro (Sadop) marcó que también los docentes privados fueron excluidos, “sin argumento alguno”, de la paritaria nacional “por este Ejecutivo mentiroso”. “Hay 30 mil docentes del sector privado que desde 2017 no reciben un aumento, los extraprogramáticos de los jardines y academias”, apuntó. En tanto, Mirta Petrocini (DAC) calificó de “vergonzoso” que el Ministerio de Educación haya fijado en 15 mil pesos el salario inicial y planteó que hay miles de docentes “que ya están cerca de la línea de indigencia, ni que hablar de que puedan cubrir una canasta básica total”.
Luis Tiscornia (Conadu Histórica) denunció: “Cuando hablamos de los 90 recordamos privatizaciones, desocupación, hambre y miseria, destrucción de la producción nacional, y ese es el pasado al cual nos están llevando, pero los 90 terminaron en el 2001”.
El Gobierno puso todos sus fichas a minimizar la medida. El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, aseguró que no había paro nacional “porque la Nación no tiene escuelas a cargo”. En la provincia de Buenos Aires, la gobernadora María Eugenia Vidal inauguró las clases acompañada por él y el director de Cultura y Educación bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny, que en la misma línea sostuvo que la jornada se iniciaba “con las escuelas abiertas. Intendentes, jefes comunales, legisladores y funcionarios de la gobernación hicieron lo mismo en otras escuelas de la provincia, subiendo las fotos correspondientes con las etiquetas #EmpezaronLasClases y #ConLosChicosEnLasAulas.
Los gremios docentes denuncian que por encima de los recortes salariales y la caída real de la inversión educativa, la política de fondo de Cambiemos apunta a crear las condiciones para la privatización educativa. La contrapartida de los salarios docentes por debajo de la línea de pobreza va de la mano de políticas que generan, en esta perspectiva, la creación de un doble circuito de “escuelas públicas pobres para pobres y ricas para ricos” en palabras de los dirigentes de Ctera. Un modelo de educación como bien de mercado, disponible, abundante y de calidad con la sola condición de pertenecer al mundo de los que la pueden pagar.