Hasta principios de mayo, propone la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, un incitante recorrido por más de un centenar de portadas de libros creadas en el país ibérico durante el período de vanguardias. Un período de transición, enmarcado por la proclamación de la Segunda República y el estallido de la Guerra Civil. Período signado además por el auge de la impresión editorial, amén de significativos progresos técnicos, y por una efervescencia artística tangible, manifiesta a través de movimientos rompedores (entre ellos, el constructivismo, el futurismo, la abstracción). Con esos ejes disparadores se alza La seducción del libro: cubiertas de vanguardia en España 1915-1936, muestra que pone sobre el tapete cómo el arte de las tapas de libros “tenía una evidente intención política y social, sobre todo con un mensaje pacifista, influencia de la Primera Guerra Mundial, y de alerta contra el nazismo y el fascismo”, a decir de la curadora Alicia García Medina. Suma, por cierto, otros tópicos abordados por estos artistas e ilustradores, por demás modernos: los avances de la liberación femenina, el triunfo de la aviación, la lucha obrera, el nacimiento de las nuevas urbes... “Se destacan también, junto a la renovación tipográfica que utiliza sencillas formas geométricas y modelos inspirados en los principios de la Bauhaus, la técnica del fotomontaje en su vertiente crítica más ácida y el cine como nuevo arte experimental”, agrega la mujer que, en charla con el diario El País, resalta especialmente el laburo de “Luis Bagaría con su gusto por los motivos de la naturaleza; los trazos sencillos de Francisco Rivero Gil; Rafael de Penagos y sus mujeres elegantes, o el surrealismo de Maruja Mallo, visible en el libro Hollywood, de Xavier Abril”.
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