La familia de Carla Soggiu, la joven de 28 años que había denunciado a su ex pareja por violencia de género, estuvo el viernes en la marcha del 8M, donde denunció que el suyo es “un caso de femicidio”, porque es inexplicable que haya muerto por “asfixia por inmersión”, como confirmó la autopsia. Sus familiares sostienen que hay dos hipótesis posibles que conducen a la misma conclusión de “femicidio”. Por un lado, aunque su ex pareja, Sergio Fuentes, estaba preso el día en que desaparición, se investiga si intervino en el hecho algún pariente suyo, dado que Carla había recibido amenazas telefónicas por parte de una hermana del detenido. Nora, la tía de Carla, en diálogo con PáginaI12, dijo que existe la posibilidad de que haya ido sola hacia el Riachuelo “por un problema de pérdida parcial de la memoria que le habían provocado los golpes que le dio el ex marido”. Lo que se investiga también es por qué la policía no pudo ubicar a Carla mediante el sistema de localización del botón antipánico, que la víctima llevaba consigo el día de la muerte. La familia hace responsable al gobierno porteño, por el cambio de empresa operadora del botón, que se produjo entre el 31 de diciembre y el 20 de enero de este año; el episodio de Carla fue el 19 de enero.
La tía de Carla Soggiu preguntó “cómo es posible que (Diego) Santilli, vicejefe del gobierno porteño y ministro de Seguridad de la Ciudad, pueda asegurar que el botón antipánico había funcionado correctamente, cuando la policía no pudo encontrarla a tiempo para salvarle la vida, dado que la venían a buscar a mi casa, donde ella vivía, cuando nosotros ya la estábamos buscando”. Otro problema es que todavía no se entregaron a la Justicia las filmaciones de las cámaras de seguridad de la zona, para determinar si caminó sola hacia el Riachuelo o si alguien la obligó.
“Para saber lo que pasó hay que saber lo que muestran las cámaras de seguridad, pero faltan las de una fábrica, que es la que tienen que entregar.” Carla estaba separada de su ex pareja, Sergio Fuentes, a quien el 26 de diciembre pasado había denunciado por violencia de género. El hombre estaba detenido en el penal de Marcos Paz, por esa denuncia, cuando se produjo la desaparición de la víctima y el posterior hallazgo del cuerpo en el Riachuelo, con signos de haber muerto por “asfixia por inmersión”.
Nora, la tía de Carla, quien se había mudado a su casa después de la separación de Fuentes, aseguró que lo que le pasó a su sobrina fue “femicidio, porque sea como sea que llegó al Riachuelo, ella muere a causa del golpe provocado por el ex marido el día que la golpeó, que le dio una trompada, la golpeó en el ojo, donde él sabía que ella no se podía golpear porque tenía un implante de válvula”. Carla tenía, desde entonces, pérdidas parciales de la memoria y por eso la familia afirma “incluso en el caso de que ella haya ido sola hacia el Riachuelo, sería por causa del problema que le creó el golpe que le dio su ex marido”.
Antes de la desaparición y la muerte de Carla, la joven había recibido amenazas telefónicas de parte de familiares de Fuentes que le recriminaban la denuncia que ella hizo en su contra y que determinó su detención. “El tema de la posible participación de la familia de él está en investigación. Nosotros no podemos decir nada porque eso lo tiene que decir la Justicia, pero sí podemos hablar de los problemas que le habían causado la agresión que sufrió y que la llevó a denunciar a su ex pareja”.
Las nuevas tecnologías, hasta hoy, están fracasando en relación con el caso. “Todavía no tenemos las imágenes de las cámaras de seguridad y también falló el botón antipánico, porque ellos (el Gobierno de la Ciudad), le dieron la baja el 31 de diciembre a la empresa que aportaba el dispositivo hasta ese momento y el 20 de enero habilitaron a otra empresa”. El caso de Carla se produjo en medio de ese cambio “y se perdió la posibilidad de encontrar a mi sobrina cuando ella aprieta el botón antipánico, porque con el nuevo no funcionó la alarma porque todavía no habían habilitado a la nueva empresa”. Está comprobado en la causa que ella apretó el dispositivo antipánico “pero la deficiencia estuvo al parecer en la geolocalización”, es decir la georreferenciación que permite ubicar a la víctima en el lugar desde donde emitió el pedido de ayuda.
Eso provocó que “la policía (que había recibido el mensaje del operador del sistema) la viniera a buscar a mi casa, donde ella vivía desde que se separó, pero no estaba en mi casa porque nosotros la estábamos buscando”. Nora y la familia creen que “lo que falló fue el sistema” de prevención. La víctima se había comunicado tres veces con la policía, pero no pudieron ubicarla, a pesar de que ella tenía un celular, con el botón antipánico, en el bolsillo de su pantalón. Lo que no se encontró fue un segundo celular, con el que habló con la policía.
En la marcha, los familiares distribuyeron un comunicado en el que expresan todas sus dudas:
“¿Por qué no entregaron el registro de las cámaras de seguridad de la zona?” que permitiría saber si llegó sola al Riachuelo, extraviada o llevada por alguien.
“¿Por qué no entregan (las autoridades del gobierno porteño) los contratos (con las empresas) de los botones antipánico?”
“¿Por qué falló el protocolo cuando se activó el botón?”.