El escándalo por el sueldo público que cobró durante quince años la esposa del candidato presidencial Fançois Fillon está lejos de detenerse en Francia y podría acabar con sus aspiraciones.
La interna de la derecha francesa para elegir candidato presidencial había dejado una sorpresa mayúscula: la derrota de Nicolás Sarkozy. El ex presidente refundó la derecha gaullisat reunida en la Unión por un Movimiento Popular, que pasó a llamarse Les Republicans. Contra todo pronóstico, quedó tercero, lejos de dos ex primeros ministros: Fillon y Alain Juppé. El primero aplastó al segundo en una segunda vuelta y se conornó como candidato al Elíseo.
Fillon fue primer ministro con Sarkozy y actuó en política a su sombra, pero se vengó en la interna de la derecha, quedando muy bien posicionado para frenar el ascenso del Fente Nacional de Marine Le Pen. Pero sus esperanzas se diluyen día a día mientras crece el llamado “Penélopegate”, que a tres meses de los comicios presidenciales, puede acabar con sus aspiraciones en cualquier momento.
Penélope Fillon, la esposa del candidato, estuvo durante 15 años cobrando un sueldo como asistente parlamentaria de su esposo y otro legislador. La revelación la hizo el diario Le Canrd Enchaîné: madame Fillon embolsó, entre 1997 y 2012, 831.440 euros brutos. En 2007, cuando comenzó la presidencia de Sarkozy y Fillon asumió como primer ministro, ella declaró que nunca había recibido un sueldo con dinero público.
La revelación periodística ha podido confirmar que Penelope no tenía pase oficial para acceder al Parlamento ni una cuenta oficial de correo electrónico. La gran sospecha es que el trabajo fuese ficticio, de ahí que se quiera investigar si hubo malversación de fondos y abuso de bienes sociales.
Fillon definió todo como “un golpe de Estado institucional”, y acusó al gobierno socialista, algo que desmintió públicamente el oficialismo, mientras Les Republicans se abroquela detrás de su líder: Fillon pidió dos semanas de gracia a sus partidarios, con la esperanza de que en ese lapso se archive la causa. El Frente Nacional de Le Pen salió a pedir su renuncia como candidato.
El candidato no las tiene todas consigo: una encuesta señala que el 60 por ciento de los consultados considera que debería dejar la candidatura El diario conservador Le Figaro pidió que dé un paso al costado, mientras suben las acciones de Le Pen y el ex ministro Emmanuel Macron, quein compite por fura del socialismo receptando apoyos del ala más liberal. Gérard Larcher, el presidente del Senado, podría ser la alternativa.
La ley actual, que permitió a Fillon darle un sueldo público a su esposa, podría ser modificada tras el escándalo. Para muchos, el caso marca un antes y un después, sobre todo porque nadie puede confirmar que Penélope Fillon haya trabajado hasta embolsar casi un millón de euros.
Con el 'Penelopegate' habrá un antes y un después en la ley actual que permite a diputados y senadores a contratar a esposas, hijos, amigos o amantes como asistentes parlamentarios. Lo que ha hecho Fillon no es ilegal, es amoral porque nadie puede confirmar que su mujer haya sido su asistente real y nadie puede aclarar que se haya embolsado casi un millón de euros por no hacer nada.
Por si fuera poco, Fillon también contrató en el parlamento a dos de sus hijos, que cobraron 84 mil euros. Los problemas están lejos de terminar. La pena, si se demuestra que hubo delito, es de hasta diez años de prisión, un millón de euros de multa e inhabilitación para ejercer cargos públicos.