San Martín de Tucumán, dirigido por Ricardo Caruso Lombardi –que había debutado con una derrota por 2-1 ante Lanús–, venció ayer por 3-1 como visitante a Huracán y sigue prendido a la ilusión de continuar en la máxima categoría para la próxima temporada. Ahora a San Martín se le viene Boca en La Ciudadela sin margen de error. “Lo bueno de todo esto es que esta mañana quedaban cuatro finales y ahora faltan tres”, señaló el entrenador de los tucumanos.

El primer tiempo forjó un partido con poco juego pero algunas emociones por lo que se jugaba el equipo tucumano, a todo o nada. Huracán, con equipo suplente por el compromiso del jueves en Ecuador ante Emelec por la Copa Libertadores, tomó la iniciativa pero sin ideas para romper el cerco defensivo planteado por Caruso Lombardi.

El plan del los tucumanos empezó a funcionar cuando Patricio Toranzo perdió la pelota en mitad de cancha ante la presión de los volantes visitantes y salió el contraataque que finalizó Matías García con un zurdazo cruzado e inatajable para Fernando Pellegrino.

El murmullo y la impaciencia de los hinchas locales se empezó a sentir en el estadio Tomás Adolfo Ducó, pero rápidamente, a los 23 minutos el propio Toranzo lanzó un pelotazo largo para Andrés Chávez, que dejó fuera de acción a Rodrigo Moreira a pura potencia y con un tiro cruzado estampó la igualdad.

Después de los goles el desarrollo entró en una meseta y ambos equipos se dividieron la pelota y exhibieron sus limitaciones para generar peligro en el área rival. 

El Globo llegó así a su séptimo partido sin triunfos y se fue silbado por su público, mientras que el Santo tucumano logró un triunfo clave, el primero en el año. Desde la llegada del Turco Mohamed, el Globo cayó del cuarto al noveno puesto y ya se empieza a despedir de la posibilidad de clasificarse a la próxima Copa Libertadores 2020.