Bajo órdenes de primerísimas líneas del Gobierno, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación está presionando a la dirección del Centro Cultural Haroldo Conti para que quite de la muestra Para todes, tode la imagen de una virgen que lleva el pañuelo verde símbolo del reclamo por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. La curadora de la muestra, Kekena Corvalán, confirmó a PáginaI12 que las autoridades del espacio le han pedido que “la saque, que molesta que esté exhibida”. Pero ella advirtió: “No pienso hacerlo. No pienso ceder a un atentado a la libertad de expresión y a la autonomía del artista en su proceso de creación”.
La imagen de la virgen luciendo un pañuelo verde integra una muestra compuesta por obras de 150 artistas y comunicadoras mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries de todo el país, que se inauguró la semana pasada en el Conti. Las creaciones, exhibidas en diferentes espacios del centro cultural, serán acompañadas a lo largo de los siguientes dos meses –la muestra está planificada hasta mayo– de recitales, performances, talleres, proyecciones, poesía y otras actividades vinculadas a la temática de género.
Localizada en el escaparate de la librería que funciona dentro del espacio cultural, “concentra uno de los ejes centrales” de la muestra, que “está atravesada por los derechos de las mujeres, lesbianas, trans y travestis, por la libertad de los cuerpos”, explicó Corvalán. “Sin esa figura la muestra toda se ve afectada. En el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, el aborto es clave”, sostuvo.
Desde su inauguración, el pasado viernes, comenzaron las presiones oficiales y extraoficiales para que sea removida. Ayer a la mañana, ante la amenaza de que grupos violentos acudieran al centro cultural “e intentaran quitarla por la fuerza”, los trabajadores del Conti decidieron cerrar la librería.
No bien comenzó a circular la información, la instalación comenzó a cosechar ataques. El mundo virtual fue donde más comenzaron a acumularse. “Algunos, en tono respetuoso, expresaban que la obra los ofendía. Pero la mayoría contienen una violencia tremenda. Nos amenazan con venir acá y romper todo”, apuntó uno de los trabajadores del centro cultural.
Corvalán coincidió: “Las amenazas que hemos recibido son muy violentas, ninguna en tono siquiera negociador”, comentó. Los mensajes apuntan al centro cultural, pero también a la curadora e incluso a la artista, de la que se prefirió no difundir su identidad “por temor”.
La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación se expresó a través de la red social Twitter. En tres posteos, se ubicó en el lugar de víctima de una supuesta “operación” y aseguró que de haber conocido el contenido de la exposición, la hubieran censurado. “Los elementos exhibidos en la muestra ‘Para todes, tode’ no representan manifestación alguna de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación”, sostuvo el organismo nacional. “Somos respetuosos del arte y de la libertad de expresión, pero no avalamos agravios ni ofensas que puedan afectar a instituciones o colectivos de personas y sus valores religiosos”, continuaron para luego cerrar el hilo: “No compartimos algunas manifestaciones y fuimos sorprendidos en nuestra buena fe, al disponer un espacio de un centro cultural público para la exposición de una muestra que contiene elementos ofensivos no informados previamente. Caso contrario, hubiésemos objetado su exhibición”. Este diario intentó comunicarse con el secretario Claudio Avruj, pero no obtuvo respuesta.
Sin embargo, las presiones oficiales para quitar la virgen de la exposición excedieron la virtualidad. Avruj se dedicó personalmente a insistirle al director del Centro Cultural Haroldo Conti, Alejandro Kurland, para que la obra fuera removida. Le “quemó el teléfono todo el fin de semana”, sostuvieron fuentes del área a este diario. Todo indica que las órdenes emanaron de la vicepresidenta Gabriela Michetti.
Corvalán confirmó a PáginaI12 que el director del Conti trasladó a ella la exigencia del funcionario: “Me pidió que la saque, que la guarde en su oficina, que molesta que esté en la librería, pero no pienso hacerlo. No pienso ceder a un atentado a la libertad de expresión y a la autonomía del artista en su proceso de creación”, apuntó la artista.
Según la información con la que ella y los trabajadores del Conti cuentan, existe una denuncia radicada en el Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi) en contra de la obra. “Me gustaría saber en qué punto la obra los discrimina. Porque yo podría decir que a mí me ofende y me hace sentir discriminada el hecho de que a una niña de 11 años la obliguen a llevar adelante un embarazo producto de una violación, por ejemplo, pero no por eso amenazo con ir a romper el hospital. Existe la libertad de expresión, no puede haber censura previa y si hay algún tipo de ofensa que lo manejen por vías judiciales, no por la violencia”, respondió Corvalán.
La comunidad de artistas, curadores y creadores “está en estado de alerta”, sumó la curadora, que confirmó la recepción de expresiones de solidaridad y la disposición a organizar la defensa de la obra y la muestra junto a trabajadores del espacio que ayudaron a montar la muestra “sin un peso de la Secretaría de Derechos Humanos”. También comenzarán a organizar repudios y reclamos en caso de que finalmente se avance con la censura y la obra en cuestión sea removida de manera compulsiva. “El campo de la cultura es un campo maduro y crítico que no va a dejar pasar esto”, sostuvo. “Estamos movilizados para impedir que sea removida, y preservar la integridad de la obra y del artista. Si lo logran –concluyó la curadora–, lo vamos a denunciar por todas las vías que podamos y, por supuesto, volveremos a exponerla cuantas veces haga falta.”