Laboratorio Neuquén

Como certeramente decía un analista, los banqueros de Wall Street no tienen muy en claro donde está Neuquén. La ubican en la Patagonia; sí saben que allí hay yacimientos de petróleo y gas. Eso es lo que les importa. Así es como razona y actúa la burguesía, siempre con sus intereses en claro, la producción de valor y la persistencia de su dominación de clase y de la explotación.

Neuquén es, en cierto modo, un laboratorio. En esa provincia el actual presidente de la Nación logró imponer con anuencia de la burocracia sindical condiciones laborales de flexibilización. En efecto, los trabajadores petroleros tuvieron que aceptar condiciones ruinosas para su salud y sus vidas a cambio de no perder sus puestos de empleo.

Además, se aplica en el proceso extractivo el fracking, método dañoso para el ecosistema. Más allá de los resultados electorales, la continuidad de todos estos mecanismos capitalistas se perpetúa.

Neuquén, laboratorio de las políticas de escarnio que generan sufrimiento.

Neuquén, la tierra donde un esbirro artillado asesinó al maestro Carlos Fuentealba en una protesta social. Tierra de resistentes.

¿Recuerdos del futuro?

Carlos A. Solero