La mirada sobre el salario mínimo en dólares es materia de discusión entre especialistas, ya que algunos ponderan que su control redunda en un equilibrio de las cuentas externas, mientras que otros advierten que tiene fuertes implicancias sobre el poder adquisitivo en pesos y la actividad económica interna. Además, el dólar transmite su gran volatilidad a la medición del SMVM, que pasó de un período de estar muy alto a otro muy bajo en términos regionales. De todas formas, el grado de violencia en el deterioro del SMVM medido en dólares por la devaluación del año pasado genera consenso alrededor de la necesidad de que el salario recupere posiciones.
Mariano de Miguel, director del Instituto Estadístico de los Trabajadores de la UMET, explicó a este diario que “la caída del salario en dólares suele ir acompañada por baja del poder adquisitivo en pesos. Está claro que parte de la recesión que tenemos viene da la mano de la caída del consumo por merma del poder adquisitivo a causa de la devaluación y su impacto en los precios. Eso se extiende a la inversión”. “Por otro lado, la baja del salario en dólares se puede ver como una palanca para mejorar la competitividad externa, aunque la sensibilidad de las exportaciones a esta variable es relativamente baja. En definitiva, la mejora en las cuentas externas se termina dando a partir de la recesión”, agregó De Miguel.
Pedro Cascales, de la CAME, indicó que “salario es uno de los componentes que integran el costo de los exportables, junto a la logística, impuestos, costos financieros y materias primas. Además, el costo de la mano de obra en los productos de exportación reduce su incidencia frente a la baja de los costos de la robótica, y en cambio ganan importancia el diseño, la investigación, el desarrollo, la ingeniería, la marca, el marketing y el servicio postventa. Por último, ganar mercados de exportación requiere estabilidad económica general. En consecuencia, convendría más analizar cómo participar en las áreas del comercio internacional en donde hay más riqueza en lugar de pelearnos por las migajas de la pobreza”.
Fuentes industriales consideraron que “pasamos de un lado al otro. Los otros países de la región mantienen esquemas macroeconómicos mucho más estables. La trampa es que un fuerte atraso cambiario como el de 2015 hace que crezca mucho el salario medido en dólares, mientras que una fuerte devaluación lo termina ´superlicuando´. Hay que ver cómo se termina saldando este tema en el nuevo consejo del salario”.