El debut del voto electrónico en toda la provincia de Neuquén dejó más dudas que certezas. Más allá del resultado de la elección, que fue lo suficientemente amplio a favor del gobernador del Movimiento Popular Neuquino, Omar Gutiérrez, como para que no se cuestionara su triunfo, tanto fuerzas de la oposición como distintos especialistas en materia electoral desaconsejaron su uso en próximas votaciones provinciales y reiteraron el rechazo al intento del Gobierno de Cambiemos para utilizarlo en las nacionales. Desde el kirchnerismo ratificaron los inconvenientes registrados durante el domingo y adelantaron que intentarán convencer al mandatario reelecto para que desista de su implementación en otras oportunidades.
Debido a las múltiples dificultades para emitir el sufragio, la votación en varias escuelas se extendió luego de las 18, momento en que debía cerrar el comicio. Distintas máquinas fueron reemplazadas por dificultades para que los neuquinos pudieran efectivamente elegir a los candidatos que querían. En algunos casos debían anular el voto y volver a emitirlo. Por este motivo, los resultados oficiales también tardaron bastante en conocerse, chocando así con la principal ventaja que exaltan sus impulsores.
“Quizás el mayor problema de ese sistema inviable que es el voto electrónico es que cualquiera puede denunciar cualquier cosa. No importa si es cierto o no. Porque nadie puede comprobar nada. Mucho menos un ciudadano no especializado. Papel y lápiz, siempre”, aseguró Pablo Secchi, titular de la ONG Poder Ciudadano.
El perito informático Ariel Garbarz recordó que el sistema de Boleta Única Electrónica ya había sido cuestionado a nivel nacional durante las audiencias realizadas en el Congreso Nacional. “Mostré como se cambian los votos de las BUE sin tocarlas y así ocurrió. Con un celular cargado con una app especial se modifica la grabación dentro del chip de la boleta”, reflejó.
La titular de la Fundación Vía Libre, Beatriz Busaniche, explicó que “el proceso electoral tiene tres características fundamentales: el secreto del voto, que es la garantía de autonomía, que nadie pueda presionarte. La integridad del voto, que quiere decir que el voto sea contado tal como lo emitiste. Y la tercera pata es la transparencia, que dota de legitimidad el proceso. Si es opaco para el ciudadano de a pie es imposible de auditar”. En una entrevista con La Nación+ afirmó que “no es posible en la teoría y mucho menos en la práctica, garantizar estas tres características”. La presidenta de Transparencia Internacional, la abogada argentina Delia Ferreira Rubio, también reprodujo en su cuenta de Twitter los cuestionamientos realizados por especialistas en seguridad informática como Javier Smaldone.
Entre otros argumentos, señalaron que en distintos países del mundo en los que se usó este sistema, se fue abandonando para volver al formato en papel.