El índice Construya cayó 13,2 por ciento en febrero respecto de igual mes del año pasado. Este indicador mide la evolución de los volúmenes vendidos en el mercado interno de los principales insumos para la construcción. En el primer bimestre del año el índice acumuló un descenso de 16,8 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. Ladrillos cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, pisos, revestimientos cerámicos, adhesivos, pastinas, pinturas, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua son algunos de los productos que más cayeron en ventas en los últimos meses. La crisis del mercado interno, la suba de los costos, la devaluación y la inestabilidad financiera fueron un elemento clave para explicar la caída del sector desde mediados del 2018. 

“El Grupo Construya considera que es la oportunidad de construir ya que al invertir en el sector se logra que los ahorros incrementen su valor en el largo plazo. Esto genera una diferencia importante al compararla con otras alternativas de inversión. Además, es el momento para aprovechar la fuerte reducción en dólares del costo de construcción y obtener beneficios a lo largo del tiempo”. Esta es la lectura que hicieron las empresas que producen insumos para la construcción para amortiguar, al menos conceptualmente, el impacto demoledor de la actual crisis. 

Los empresarios pretenden que los inversores con ahorros dolarizados aprovechen el tipo de cambio arriba de 42 pesos para compra insumos que valuado en moneda extranjera cuestan menos que el año pasado. Pero los datos duros de la economía indican que los inversores por el momento no quieren desprenderse de sus divisas para comprar activos reales para la construcción. El problema es que las expectativas de devaluación siguen elevadas, se negocia un dólar a 60 pesos para febrero de 2020 y el ahorrista dolarizado piensa que todavía hay margen para vender sus dólares a un precio más conveniente. 

El Indec reflejó también la fuerte caída de la construcción, al marcar en enero una baja interanual del 15,7 por ciento, la quinta consecutiva. El peor desempeño fue para artículos sanitarios de cerámica, con una merma del 27,9 por ciento, mientras que hierro redondo para la construcción tuvo una baja del 15,2 y ladrillos huecos, del 27,3. Rubros de la obra pública también tuvieron fuertes caídas, como el caso de asfalto (-22,8) y cemento (-16,3). Estos números contrastan con el panorama positivo de la construcción que dio el presidente Mauricio Macri, en la apertura de las sesiones del Congreso. Se trataba de una de las pocas actividades que supo mostrar datos positivos.

El empleo registrado en la construcción se ubicó en diciembre en 431.233 puestos, una baja interanual del 2,9 por ciento y del 1,9 en relación a noviembre. En esa línea, el último informe del Ieric calculó para diciembre una pérdida de 9 mil puestos de trabajo en relación a noviembre, aunque en todo el 2018 hubo una recuperación del 2,7 por ciento en relación al año anterior. Además, se contabilizó el cierre de 243 constructoras.

Los permisos de edificación tuvieron en enero una baja mensual del 1,9, aunque registraron una mejora del 7,4 por ciento en la comparación interanual. Según la encuesta del Indec, el 47,5 por ciento de los empresarios que se desempeñan en compañías que realizan obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector no cambiará durante los próximos tres meses, mientras que 40 por ciento estimó que disminuirá y sólo el 12,5 por ciento, que aumentará. Entre las empresas dedicadas a la obra pública, el 56,4 por ciento opinó que el nivel de la actividad disminuirá, el 37,1 por ciento que no cambiará y apenas el 6,5, que aumentará.

El principal motivo por el cual cae la obra pública es el ajuste fiscal que implementa el Gobierno para cumplir con las exigencias del FMI. En el Presupuesto para este año se aplicó una poda equivalente al 0,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en los gastos de capital, concepto que contempla fundamentalmente a la obra pública.