Acorralado por el mercado, el Palacio de Hacienda solicitará permiso al Fondo Monetario Internacional para ampliar la capacidad de intervención cambiaria. La incapacidad del torniquete fiscal y monetario para contener la renovada escalada del dólar inclina al equipo económico a consultar con el organismo multilateral la implementación de políticas que fueron vedadas tras la firma del acuerdo Stand-By. Como parte de su viaje a Estados Unidos, el ministro Nicolás Dujovne será recibido mañana en Washington DC por la mandamás del FMI, Christine Lagarde. El encuentro representa la antesala a la reunión del Directorio del Fondo donde se habilitará el cuarto desembolso del acuerdo por más de 10.800 millones de dólares. La reunión para analizar el caso argentino recién tendrá lugar dentro de dos semanas. El Ministerio de Hacienda confía que los representantes de los países miembros darán el visto bueno. Cuando se concrete el desembolso, el gobierno de Mauricio Macri habrá recibido en tan solo doce meses 68 de cada 100 dólares del préstamo.
El programa de ajuste y reformas comprometido por Argentina para acceder al crédito del FMI restringió los grados de libertad para implementar políticas económicas. Cualquier cambio que implique un desvío en los términos del acuerdo requiere una autorización desde el organismo multilateral. El incremento anticipado en la Asignación Universal por Hijo anunciado por el presidente Macri se inserta en esa lógica. La expansión en el gasto fue consultado con la última misión del Fondo ya que demanda una inversión adicional a la que hubiera sido necesaria para financiar los aumentos que arrojará en 2019 la nueva fórmula de movilidad. El rostro humano de la austeridad pactada con el Fondo es la posibilidad de ampliar el gasto social en caso de crisis.
La renovada turbulencia obliga al Palacio de Hacienda a lograr el visto bueno para modificar la estrategia de administración del mercado cambiario y financiero. Apenas dos semanas atrás el gobierno exhibía como un éxito la reducción en las tasas de interés y la estabilidad cambiaria. Sin embargo, la tranquilidad financiera destacada por las autoridades se agotó de manera abrupta sin que mediara ningún evento local o internacional disruptivo. Ayer un nuevo aumento de la demanda de dólares forzó al Banco Central a producir otra suba de la tasa de interés. La medida no logró frenar la escalada de 26 centavos en la cotización que alcanzó los 42,52 pesos en banco y casas de cambio de la city porteña. Dentro de su limitado margen de acción, el BCRA volvió a desdoblar la licitación diaria de Leliq para marcar un promedio entre ambas subastas de 62,11 por ciento (ver aparte).
No se trata de avanzar en la regulación para los movimientos de capitales de corto plazo que fueron desarticulados al comenzar la gestión de Cambiemos sino de ampliar el margen de acción y limitar la volatilidad excesiva que hoy permite el esquema de libre flotación entre bandas. “Tenemos un exceso de caja en dólares que vamos a tener que convertir. No hemos definido aun cuándo vamos a empezar. Va a ser un proceso muy estable, muy preanunciado. Pero que todavía no estamos en condiciones de anunciar”, explicó anteayer Dujovne al referirse a uno de los mecanismos a los que apelará para intentar contener la volatilidad cambiaria. Las declaraciones fueron realizadas al portal Econojournal en el marco de una gira por Estados Unidos que ayer lo reunió con el secretario de Energía norteamericano, Rick Perry. El funcionario argentino llegará hoy a Washington donde será recibido por el titular del Tesoro estadounidense Steven Mnuchin. Y mañana está agendado el encuentro con Lagarde.
El siguiente tramo del crédito con el FMI está previsto para mediados de junio. El quinto desembolso suma alrededor de 5390 millones de dólares. Una nueva misión del organismo volverá al país en mayo. Evaluarán el cumplimiento de las metas fiscales, monetarias y cambiarias del primer semestre. La llegada de los recursos dependerá también de la implementación de un paquete de “reformas estructurales” que forman parte de la agenda permanente del FMI. Las autoridades del organismo temen que una derrota electoral de Cambiemos bloquee esas iniciativas. Desde el Palacio de Hacienda aseguran que el FMI reconoce las dificultades que presenta un año electoral para impulsar las reformas. El compromiso previsto en el acuerdo es presentar los anteproyectos para reformar la Carta Orgánica del BCRA y avanzar en la reforma del sistema previsional.