“Desde que el Gobierno promovió esta medida, se inició una campaña generando expectativas de que los precios caerían un 20 por ciento, cuando en realidad muchos ya venían bajando los precios de contado o promoviendo grandes descuentos y liquidaciones por falta de ventas, por lo que no tienen margen para seguir bajándolos”, señaló ayer la CAME, en relación a la exigencia oficial de diferenciar precios para la venta al contado de los que reciben algún tipo de financiamiento. “El 80 por ciento de los comercios pyme no comprende la medida ni cómo instrumentarla”, advirtió además la entidad. Hasta ahora, la puesta en marcha de la normativa no produjo la baja de precios al contado prometida por el Gobierno. “En algunos comercios el precio subió, en otros sigue igual y en otros bajó, vimos diferencias de precios online de hasta 40 por ciento, esto requiere un acomodamiento”, admitió ayer el secretario de Comercio, Miguel Braun.
La implementación del esquema de diferenciación de precios arrancó de manera desprolija, incluso muchos comercios suspendieron las ventas en cuotas hasta que se aclare qué precios deben imputar. Por lo pronto se van delineando dos situaciones a partir de la medida. En primer lugar, la reacción empresaria fue menos amigable de lo que esperaba el Gobierno. Pero más allá de lo que suceda con los precios, el encarecimiento relativo de las cuotas quita atractivo a ese esquema de venta, que tantos frutos dio los últimos años al consumo masivo y especialmente a los bienes durables.
“Frente a la confusión que está generando la implementación de los Precios Transparentes, es necesario que el Gobierno formule una campaña intensa y eficaz aclaratoria, debido a que el 80 por ciento de los comercios pyme no comprende la medida ni cómo instrumentarla”, dijo la CAME, y agregó que los comercios “ya tienen como carga los aumentos recientes en las tarifas de luz, gas y combustibles y la caída en las ventas durante todo 2016”. Según el ministerio de Energía, el aumento de la luz para los comercios del AMBA rondará el 60 al 80 por ciento para el mismo nivel de consumo interanual.
CAME obtuvo datos de 150 comerciantes adheridos a cámaras nucleadas por la entidad y realizó relevamientos directos entre 357 comercios del país. “El 28 por ciento no implementó la norma porque no la comprende o está analizando cómo hacerlo. Un 31,9 por ciento ya cobraba precios diferentes por pago efectivo, en una cuota o débito y pago en cuotas. El 20,2 por ciento no la aplica porque no acepta tarjeta o porque sólo acepta tarjetas en un pago y los precios entre esas dos modalidades siempre fueron iguales. En total, el 80 por ciento no aplica el nuevo esquema”, dice el informe.
Con respecto a los precios, CAME detalla que “el 4,8 por ciento de los comercios relevados que antes cobraban cuotas sin interés disminuyó entre 5 y 10 por ciento el precio de venta en un pago, pero aumentó entre 10 y 20 por ciento el precio con financiamiento en seis cuotas. El 15,1 de los negocios relevados mantuvo el precio en un pago o efectivo, pero aumentó el precio con financiamiento un 10 por ciento para seis pagos”. Según la consultora privada Elypsis, entre los bienes durables un 25 por ciento bajó el precio contado un promedio del 8,9 por ciento mientras que el 5,3 por ciento subió un 9,3 por ciento los precios. “Vamos a controlar que los comercios y la tarjeta digan la verdad sobre cuánto cuesta al contado y cuanto financiado. Esta medida apunta sobre todo a la electrónica, electrodomésticos y calzado para que podamos buscar precios y salir a buscar las mejores ofertas”, señaló ayer el secretario Braun.