Las autoridades neozelandesas pidieron que el video de la matanza de la mezquita de Al Noor, que grabó el mismo tirador para mostrar el ataque en vivo, deje de ser compartido y reproducido por el público. "Pedimos firmemente que no se comparta el enlace. Estamos trabajando para que estas imágenes sean retiradas", pidieron desde la Policía.
"La policía está al corriente de las imágenes extremadamente angustiantes relacionadas con el incidente de Christchurch que circulan en internet", dijeron y reiteraron el pedido de no compartir ni ver las imágenes altamente sensibles.
El autor de la masacre perpetrada en la mezquita de la ciudad de Christchurch fue identificado como Brenton Tarrant, un ciudadano australiano de 28 años de edad de la localidad de Grafton. Antes de llevar a cabo la matanza, el hombre había subido a sus redes un “manifiesto” en el que invocaba motivos racistas y xenófobos para el ataque. El tirador transmitió en vivo el ataque, en el que murieron al menos 49 personas.
En el "manifiesto", un documento de 73 páginas llamado "el gran reemplazo", el tirador declara que quería atacar a los musulmanes. El título parece hacer referencia a una tesis del escritor francés Renaud Camus sobre la desaparición de los "pueblos europeos", "reemplazados" según él por poblaciones no europeas migrantes. Teorías que fueron ganando terreno entre grupos de extrema derecha.
En el manifiesto, el atacante dice que nació en Australia en el seno de una familia modesta y que tiene 28 años. Declara que los momentos claves de su radicalización fueron el fracaso de la dirigente ultraderechista Marine Le Pen en las elecciones francesas de 2017 y un ataque con camión que causó cinco muertos en Estocolmo en abril de 2017, entre ellos una niña de 11 años.
En el video difundido en directo, durante el trayecto en coche, se oye de fondo la voz de un sistema de navegación por satélite por el que pudo ser reconstruido el itinerario que realizó el hombre mediante Google StreetView.
Las inscripciones que aparecen en las armas del atacante, y que se pudieron ver en el video, también habían sido publicadas antes desde la misma cuenta de Twitter donde se difundió el manifiesto. Este es el último tuit publicado por esta cuenta antes de su suspensión.
Desde el Ministerio del Interior neozelandés también advirtieron no ver ni compartir el video, ya que además de imágenes extremadamente sangrientas podría contener información sensible. Aclararon que compartirlo hasta podría ser ilegal. "El contenido del video es perturbador y tendrá efectos nocivos para las personas", alertaron. "Es una auténtica tragedia con auténticas víctimas y alentamos a la gente a no mirar ni compartir el video", pidieron por último.