Los vecinos de Caballito siguen luchando para frenar la apertura de la calle Beauchef en el tramo que va desde Rosario a la avenida Rivadavia. Denuncian que la obra implica la pérdida de 600 metros cuadrados de espacio verde en el Parque Rivadavia, que perjudica el trabajo de los feriantes y que afecta a alumnos, docentes y familias de la Escuela Normal Superior Nº4, ubicada dentro del parque. Además, aseguran que no se cumplieron con las instancias de participación ciudadana y sostienen que la obra viola la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.
El proyecto impulsado por el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, tiene un presupuesto de casi 25 millones de pesos y fue aprobado en diciembre por la Legislatura porteña en el marco del nuevo Código de Planeamiento Urbano, con 34 votos afirmativos, 20 negativos y 6 abstenciones. Desde el gobierno porteño argumentan que se necesita generar una vía alternativa para servicios de emergencia y aliviar el tránsito en la zona. Además, el pliego de la obra señala que “el estado actual del sector a intervenir es muy malo, principalmente por el pavimento roto, el césped y el equipamiento en mal estado, los cordones atravesados por raíces de árboles y con sectores de hormigón desprendido”.
“Es importante destacar que la apertura de la calle Beauchef no se trató con una ley en particular sino que se incluyó en la reforma del Código de Planeamiento del año pasado. Desde el Bloque Peronista votamos en contra de esta reforma, no solo por este proyecto en particular sino por toda la concepción del nuevo código. En el caso concreto de esta obra, lo que nosotros cuestionamos es que se pierda espacio verde en una ciudad que de por sí ya tiene una escasez de espacios verdes”, dijo a Página/12 la legisladora porteña María Rosa Muiños, quien integra la comisión de Planeamiento Urbano. “Nosotros estábamos al tanto de este proyecto porque, como suele suceder en el PRO, fue un esquema de intervención que ya estaba en funcionamiento al mismo tiempo que presentaban el proyecto en la Legislatura”, agregó la legisladora.
Los primeros en conocer las intenciones del oficialismo sobre la calle Beauchef fueron los trabajadores de la tradicional feria de libros del Parque Rivadavia. “El año pasado hubo un incendio de magnitud importante en el parque. Se quemaron cuatro puestos y a partir de eso comenzamos a tener contacto con la Dirección General de Ferias del Gobierno de la Ciudad, que es nuestra autoridad de aplicación. En ese momento, les pedimos la reparación de los techos de las góndolas de los puestos afectados por el incendio pero no nos contestaban, hasta que en un momento vino un funcionario y nos dijo que no iban a hacer ese arreglo porque tenían otro proyecto para el Parque. En un principio no querían decirnos cuál era ese proyecto y solo nos decían que en diciembre teníamos que corrernos de nuestro lugar”, relató Fabián Torres, feriante en el Parque Rivadavia desde hace 30 años y delegado de los trabajadores de la feria. “Ante esta negativa, les exigimos que nos dieran información oficial sobre el proyecto porque se trataba de nuestros puestos de trabajo. Así fue como, después de mucho tira y afloje, nos dijeron que iban a hacer la apertura de la calle Beauchef y una feria con puestos nuevos en comodato”, continuó.
A partir de ese momento, los feriantes del Parque Rivadavia empezaron a organizarse. Primero se acercaron a la Legislatura para expresar su preocupación a los diputados, participaron de las audiencias públicas en las que se debatió el Código de Planeamiento y comenzaron a reunirse con vecinos y organizaciones del barrio. En noviembre, realizaron un festival bajo la consigna “Sí al parque, no a la calle” en el que juntaron casi 5 mil firmas en contra del proyecto del oficialismo. Con la confirmación del proyecto, los feriantes se vieron obligados a iniciar una nueva batalla con el gobierno porteño. Esta vez, para garantizar sus puestos de trabajo. “Somos una feria tradicional con cien puestos. Nos dicen que ahora sí nos teníamos que mover, entonces necesitábamos garantizar el trabajo de todos. Después de mucha pelea, logramos firmar un acuerdo a través del cual nosotros aceptamos corrernos momentáneamente pero con la condición de que se iban a respetar todos los puestos de trabajo de la feria y que, cuando terminaba la obra, volvíamos a nuestros lugares de siempre y con nuestros propios puestos”, contó Torres. Sin embargo, la situación no fue tan sencilla. Hoy, los libreros están trabajando sobre la avenida Rivadavia, sin agua ni luz, y las presiones por parte de la Dirección General de Ferias son cada vez mayores: les toman asistencia varias veces por día y son varios los que han tenido que quedarse a dormir en sus puestos para poder estar en cada uno de los controles del gobierno de la Ciudad. “Espero que cumplan y podamos volver a nuestros lugares pero, de cualquier forma, si hacen la calle no es lo mismo. Nos afecta en la calidad de vida: vamos a tener mucho ruido, contaminación, hollín y smog; hay menos árboles así que ya no vamos a tener sombra en la feria. Fueron 30 años trabajando dentro de un parque y ahora voy a tener una calle atrás. Me parece tremendo”, expresó el librero.
Pero los trabajadores de la feria no son los únicos afectados por la apertura de esta calle y es por eso que en enero y al ver los primeros trabajos de la obra –que incluyeron el corte de varios árboles y el retiro de las mesas de ajedrez– distintas organizaciones que trabajan en el barrio presentaron una medida judicial para frenarla. “Desde el Observatorio del Derecho a la Ciudad junto a Carla Martínez, presidenta de la Cooperadora del Normal 4, y el comunero Osvaldo Balossi, presentamos un recurso de amparo colectivo que tiene el apoyo de la Asociación Vecinal en Defensa del Parque Rivadavia y de S.O.S Caballito, organizaciones que históricamente defienden el barrio”, contó a este diario Jonatan Baldiviezo, el abogado y presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad. “Si bien es cierto que la reforma del Código Urbanístico había autorizado la apertura de esta calle, el propio código viola el Plan Urbano Ambiental y la Constitución de la Ciudad –ambos de mayor jerarquía que el código– que establecen que en la Ciudad de Buenos Aires los espacios verdes deben ir creciendo en cantidad de metros cuadrados y que cada vez que se hace una intervención urbana que sacrifique espacios verdes, tiene que haber otra intervención urbana que, como mínimo, compense esos espacios sacrificados. Algo que no se cumplió en este caso. Además, el Plan Urbano Ambiental da el mandato de que los parques públicos deben conservarse en su integridad y acá estamos hablando de abrir una calle en el medio del Parque Rivadavia”, agregó.
Ese recurso judicial tramita en el Juzgado N° 3 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad y si bien el juez todavía no ha tomado una resolución, la polémica con los vecinos hizo que el propio gobierno de la Ciudad tuviera que dar marcha atrás, al menos en sus palabras. “El gobierno primero anunció que iba a hacer la apertura de la calle Beauchef. Luego, empezaron a decir que nunca hablaron de calle sino de “puesta en valor”. Pero cuando fuimos al reconocimiento judicial, nos encontramos con un cartel que decía “pasaje Beauchef”. Y un pasaje es una vía pública para automotores, es decir, una calle pequeña”, aseguró Baldiviezo. “Estos vaivenes y contradicciones del gobierno dejan en evidencia el descalabro en el manejo de la obra pública por parte del gobierno porteño. Avanzan con obras sin permisos, no respetan la democracia participativa ni a las comunas, y van modificando sus argumentos en función de lo que les conviene en cada momento. Hay una acumulación de ilegalidades y un desmanejo del presupuesto de la Ciudad”, analizó el letrado.
En esa misma línea, Muiños señaló que “cada vez que el gobierno decide intervenir en el espacio público, debería abrir espacios de consulta”. “Nosotros venimos denunciando que esto no pasa, algo bastante llamativo, además, si uno tiene en cuenta que todos los presidentes de las comunas son del PRO. Un proyecto como este debería haber sido consultado con los vecinos”, subrayó la legisladora.
Mientras el gobierno avanza con la obra y se define la situación judicial, los vecinos continúan con su lucha. Esta semana presentaron ante la Legislatura porteña una proyecto de ley para que se declare al Parque Rivadavia como patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires. “Espero que los legisladores nos acompañen. Si realmente defienden el espacio público y escuchan a los ciudadanos, tienen que apoyarnos”, concluyó Torres.