Carla Martínez es la presidenta de la Cooperadora de la Escuela Normal Superior Nº4 “Estanislao Zeballos”, una de las escuelas más tradicionales de la ciudad. Además, es graduada del Normal 4 y su hijo, que hoy tiene 13 años, asiste a esa escuela desde el jardín. Como representante de los alumnos y sus familias, presentó un recurso de amparo para frenar la apertura de la calle Beauchef. “Conozco perfectamente el parque, la escuela y el barrio y sé el impacto negativo que generaría esto”, dijo a PáginaI12.
–¿Por qué se oponen a la apertura de la calle Beauchef en el Parque Rivadavia?
–Nosotros hicimos un amparo judicial para que se frenase esta obra que dice ser, en un principio, un pasaje pero que el propio gobierno de la Ciudad reconoce que a futuro va a ser una calle. El reclamo que hacemos desde la escuela es “no a la calle ni al pasaje”. Nos oponemos a esta obra porque genera contaminación en la escuela y por el peligro que implica para los chicos tener la salida a la calle y además ahí hay salida de emergencia. Pero, además, porque esta medida no fue consultada ni con los vecinos ni con la comunidad educativa y escolar. No queremos que se haga algo arbitrariamente y por eso pedimos parar la obra y que se nos consulte qué queremos hacer.
–¿Cómo afectaría esta obra a la escuela?
–Por un lado, las aulas de la escuela –que tiene jardín, primario, secundario y terciario– dan al Parque Rivadavia. Con esta obra, tendríamos una gran contaminación sonora y visual. Eso impacta en el dictado de clases, en la salud de los docentes y los chicos. En la escuela hay chicos con síndrome del espectro autista, a los que les molestan los sonidos fuertes, ¿les van a poner una calle al lado para que les llegue todo el ruido de los autos y las bocinas? No les importa nada. Por otro lado, es peligroso tener una salida de la escuela a la calle, no solo por los autos sino también por los robos. Además, en esa calle había unos lapachos que daban sombra en el jardín de infantes. Con esta obra, los sacaron y ahora el sol pega directo dentro de la escuela, pero sobre eso tampoco nadie preguntó ni les importó.
–¿Tuvieron alguna respuesta oficial?
–No, (Eduardo) Machiavelli jamás nos respondió más que a través del diario La Nación. Ahí dijo que toda la comunidad escolar y educativa estaba de acuerdo, cuando es mentira. Pedimos una auditoría con Rodríguez Larreta, jamás nos contestaron. Fuimos a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, que pidió informes al gobierno por este tema, tampoco les contestaron todavía. Ellos dijo en las redes sociales que esta medida salió a través de “Buenos Aires Elige” con 111 votos. Nosotros tenemos más de 10 mil firmas en contra de la apertura de la calle, ¿111 votos que no sabemos ni de quién son definen por todos los vecinos de Caballito?
–¿Cómo fue el reconocimiento de obra que se hizo con el juez?
–Se hizo el 27 de febrero y participaron el juez (Martín Converset) junto a autoridades del gobierno de la Ciudad. Ahí nos dijeron que si bien ahora va ser un pasaje, van a hacer la obra de modo tal que a futuro sea una calle, porque para eso tienen que cambiar el trazado de la calle y eso se tiene que votar en la Legislatura y que, obviamente, lo van a aprobar. También nos dijeron que si se hace la calle van a poner una baranda de protección, pero no pueden poner esa baranda porque bloquearía la salida de emergencia. Además, nosotros estamos pidiendo una baranda para la calle Rosario hace más de tres años y jamás la pusieron. También pedimos una loma de burro para que los autos pasen más despacio en la salida de los chicos y nos respondieron que la vibración podía hacer que se rajara el edificio. ¿Pero si ponen una calle no pasa nada? Es absurdo.
–Esta semana comenzaron las clases, ¿cómo se organizaron con la obra?
–Como la salida al parque está bloqueada, los chicos están entrando y saliendo por Rosario, con bastantes complicaciones porque ahí no hay baranda de contención hacia el tránsito y los padres tienen que esperar en la calle, con el riesgo que eso implica porque pasan ocho líneas de colectivos. También está bloqueada la salida de emergencia. Cuando yo iba al secundario en el Normal 4, recuerdo que una profesora siempre nos decía que nosotros teníamos que apreciar tener la escuela en el parque, que eso era un privilegio que no todos tenían en la ciudad. Hoy los chicos ya no lo tienen. Hay quienes dicen que no nos podemos oponer al progreso del barrio, pero sí se atenta contra la calidad de vida humana, no es progreso.