En marzo de 2003, los seguidores del titular del gremio de Gastronómicos, Luis Barrionuevo lograron, a fuerza de protestas callejeras y quema de urnas, la suspensión de los comicios para elegir a gobernador en Catamarca. La razón de las protestas fue que su jefe político no había sido habilitado para ser candidato por no contar con los años necesarios de residencia en el distrito. Ahora, 16 años después, el sindicalista anunció que intentará nuevamente competir por la gobernación. “El tema Catamarca, es un tema puntual: Barrionuevo gobernador, Lavagna presidente”, dijo.
Barrionuevo quiere participar en el armado político de este año y encontró en Roberto Lavagna el candidato para quedarse con el armado de Alternativa Federal. Es por eso que esta semana agasajó al ex ministro con un almuerzo en la sede de su gremio junto a un reducido grupo de dirigentes sindicales que, por ahora, estarían dispuestos a respaldar la candidatura de Lavagna. El sindicalista está convencido que Lavagna será candidato y como tal busca aprovechar ese momento para volver a su tierra natal por la que fue senador nacional.
Catamarca, a diferencia de otras provincias, no desdobló la fecha de elecciones y elegirá gobernador el 27 de octubre, el mismo día que se elige presidente. Por lo tanto, hay tiempo para que Lucía Corpacci, la actual mandataria, decida si buscará su reelección. Para Barrionuevo eso no es conveniente porque “con lo que he visto me ha animado a ir por la gobernación porque consideró que otra reelección de Lucia no va más”.
Por ahora anticipó que tendrá una reunión con dirigentes locales el 23 o 24 de marzo próximos. Durante una entrevista radial dijo que “empezaremos a caminar; esa es la idea que he conversado con los que hemos estado charlando, esta es la campaña que vamos hacer nosotros”, dijo sin más datos. El punto a definir serán las alianzas que consiga dentro del peronismo catamarqueño. Por caso, el actual intendente de la capital provincial, Raúl Jalil, supo ser un estrecho colaborador de Barrionuevo durante aquella frustada elección de 2003. Jalil hizo luego su propio camino, se acercó al kirchnerismo –el principal enemigo de Barrionuevo– y durante un tiempo coqueteó con el Frente Renovador. Incluso dio algunas señales de querer competir por la gobernación. En ese sentido, Barrionuevo dijo sobre su ex colaborador que “no se decide y yo no puedo estar esperando a último momento que se decidan la cosas con un hecho consumado”. Luego agregó que “no veo ningún tipo de voluntad en Raúl, más allá de la que se plantea él querer ser candidato, pero no termina de decidirse”.
En 2003 Barrionuevo se anotó para ser candidato a gobernador pero surgió un inconveniente pequeño pero trascendental porque el sindicalista no tenía los años de residencia que exige la Constitución provincial. Barrionuevo peleó legalmente pero también lanzó una amenaza cuando dijo que si no lo dejaban participar las elecciones no se iban a realizar. Y así sucedió. Un coordinado operativo de las huestes de Barrionuevo no sólo quemó cubiertas en las calles sino que hubo roturas y quema de urnas. Ese día no hubo elecciones pero tampoco Barrionuevo pudo volver a ser candidato.