Un libro dedicado a organizar la relación atractiva y problemática entre cine y literatura santafesinos era tarea sorprendentemente pendiente. Allí puso su atención el docente e investigador rosarino Paulo Ballan. El proyecto obtuvo la Beca Nacional en la Especialidad Letras del Fondo Nacional de las Artes (2015), y su publicación la hizo posible la obtención de unos de los subsidios del programa Espacio Santafesino. De este modo, Cien años de Cine y Literatura Santafesina (UNR Editora) ofrece el más completo y a la vez apasionado estudio sobre el tema.

"Comencé con un recorte muy modesto, simplemente tomando algunos años, algunos autores. Al investigar me di cuenta de que había un gran bache, faltaba hacer un trabajo en profundidad, fundamentalmente sobre los escritores santafesinos que habían sido tomados en cuenta para realizaciones audiovisuales. Hablando con muchos compañeros, docentes en las carreras donde uno da clase, me daba cuenta de que había mucho conocimiento pero solamente oral, faltaba alguien que sistematizara toda la información. Fue así que me propuse hacer un recorrido en serio sobre la literatura santafesina que ha sido puntapié o inspiradora de largometrajes, dentro de lo que es la historia del cine argentino", le explica Ballan a Rosario/12.

En ese laberinto inevitable, Ballan cuenta sobre "la calidad y variedad de autores, tanto escritores como directores cinematográficos. Todo un mundo de artistas. Fundamentalmente al tomar el cine, porque a través del cine -ese resumen de tantas experiencias artísticas- uno ingresa en diferentes recorridos artísticos, que a su vez abren nuevos rumbos, que permiten profundizar sobre la historia social, política, y las pautas culturales de la sociedad rosarina y santafesina. A medida que investigaba, iba encontrando, descubriendo y logrando determinados hallazgos. Ojalá el libro pueda transmitir esa experiencia", agrega.

-¿Cómo fue el proceso de trabajo, habida cuenta de la falta de archivo cinematográfico en el país?

-Hubo diferentes niveles de investigación. Me lo fui planteando por etapas. Al principio fue una investigación informativa, es decir, tratar de descubrir esta antología, una antología que no estaba. Tuve que acceder a las fichas, por medio de la página web https://cinenacional.com/, en donde están todas las fichas de todas las películas argentinas. Ahí hice un recorte, tomé sólo los largometrajes. Son alrededor de 3 mil fichas, entre 1909-1910 hasta el 2017. Después tomé aquellos en cuyos créditos aparecía la figura de un escritor o se mencionaba un libro. A partir de ahí fue investigar si ese autor era santafesino y crear una categoría, porque ¿qué entendemos por literatura santafesina? Me gusta traer a colación a Raymundo Gleyzer, cuando decía "una cámara en mano y una idea en la cabeza". Es fundamental el abordaje a partir de la creación de determinadas categorías, para tener en claro qué es lo que uno va a buscar. Además, había películas en donde no se aclaraba si estaban basadas en una obra literaria; otras veces, algunas películas señalaban ser guión original pero había que chequearlo; y hay casos en donde primero se realizó la película y luego la versión escrita. Hubo todo un trabajo de rastreo para dar con esa antología de escritores santafesinos. Luego vino la búsqueda de esos libros y esas películas, la parte ardua y placentera de ver películas y leer libros, y ahí uno se encuentra también con ese gran bache, porque hay pocas instituciones dedicadas a cuidar determinadas memorias culturales. Fue un trabajo bastante anfibio. Por un lado, hay mucho material que uno puede bajar desde la web, y por otro lado sirven muchísimo las librerías de viejo, los lugares de compra y venta, para conseguir material bibliográfico. En cuanto a películas, para algunas me he comunicado con el Museo del Cine de Buenos Aires, otras se encuentran en YouTube, también a través de la programación del cable, o las vi gracias a determinadas retrospectivas, como la que ha tenido lugar en Cine El Cairo, dedicada a Juan José Saer. Uno entiende que es costoso el mantenimiento del cine, pero se trata de un pilar esencial dentro de lo que son los bienes simbólicos y culturales de una sociedad. La mayoría de las películas son inaudibles.

-En lo personal, ¿qué es lo que te ha ofrecido este trabajo?

-Siempre me interesó la historia, la historia cultural, del arte, la historia popular. Al hacer este tipo de recorrido, uno siente una cercanía con esos relatos históricos, con esos hechos, a partir de determinados autores que vivieron en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe. Son hechos que tocan realidades sociales, culturales y políticas. Con este libro, uno tiene la sensación de formar parte de la historia. Ahí uno descubre notables artistas, artistas que han trabajado en filodramáticas anarquistas, grandes dramaturgos. Estoy pensando en Emma de la Barra, quien publica Stella en 1905. Tenía una escritura muy feminista, si se puede utilizar ese término para una literatura de esos años, en donde hay un gran crítica a lo que es la sociedad pacata y machista, fundamentalmente la sociedad de la aristocracia porteña. Ella dice que no hay nada más temible que una mujer con inteligencia, con imaginación y con humor, en ese libro publicado bajo el seudónimo "César Duayen". Su libro es considerado la primera novela en donde se presenta a la mujer moderna, es decir, esa mujer inteligente e independiente, y fue llevado al cine en 1943. Pienso también en José González Castillo, por su militancia anarquista, detenido en la ciudad de Rosario y obligado a hacer trabajos forzados. Fue uno de los reclusos que hizo el laguito del Parque Independencia. Con pico, palo y carretilla, iban armando la montañita. El organito de la tarde (1925), de José Agustín Ferreyra, está basada en un tango de González Castillo. Uno va descubriendo este tipo de autores y se va acercando a la historia local, regional y nacional.

-Por otra parte, la relación entre cine y literatura no deja de ser tirante.

-No siempre se han llevado bien, ha habido tensiones, pero hay quienes han estado muy contentos con sus versiones cinematográficas. Por ejemplo, Rubén Tizziani en el prólogo de Noches sin lunes ni soles, en su tercera edición, dice "agradezco a José Martínez Suárez porque me mostró otra forma de ver la historia.