Una causa emblemática, un "delito permanente" y la necesidad de saber la verdad. En ese contexto comienza este jueves, en el Centro de Justicia Penal, el juicio oral y público por la desaparición en democracia de la sanlorencina Paula Perassi. "Es el juicio que estamos esperando en el movimiento de mujeres hace siete años y medio", aseguró Liliana Leyes, de ATE Rosario y miembro de la Multisectorial de Justicia por Paula. La mujer tenía 34 años cuando salió de su casa y no regresó. Desde entonces, sus dos hijos esperan respuestas. Por ellos es la lucha que emprendieron Alberto y Alicia, padre y madre de Paula. "Nosotros tenemos nuestra verdad y eso es lo que vamos a ir a decir", remarcó Alberto, quien sostiene que la necesidad de esclarecer la causa de su hija tiene que ver con todas las mujeres. En la previa de la audiencia, Articulación Feminista y la Multisectorial convocan a una concentración en el Tribunal de Sarmiento y Virasoro, a las 6 de la mañana.
Cuando desapareció, el 18 de septiembre de 2011, Paula estaba embarazada de pocas semanas. La teoría fiscal y de los querellantes es que Gabriel Strumia, el empresario del transporte que era su amante, la sacó engañada de su casa para llevarla a interrumpir el embarazo, fruto de aquella relación extramatrimonial. Entonces comenzó la trama de complicidades por la que están acusados cuatro civiles y cinco policías, que a partir de esta semana -y por un mes- estarán sentados en el banquillo.
Fue el camarista Guillermo Llaudet quien en una audiencia de enero de 2017 habló de "delito permanente", ya que el cuerpo de la víctima no fue encontrado. Por esas y otras aristas que componen el entramado complejo que atravesó la investigación, se trata de uno de los casos penales más resonantes de los últimos años en la Justicia provincial.
Los fiscales Román Moscetta y Donato Trotta serán los encargados de la acusación; mientras que la querella estará representada por Adrián Ruiz y José Ferrara. En los pedidos de pena apuntaron a Strumia, su esposa, Roxana Michl; su chofer y mano derecha, Antonio Díaz; y la mujer acusada de practicar el aborto, Mirtha Rusñisky. Los cuatro enfrentan cargos por los delitos de "aborto sin consentimiento seguido de muerte" y "privación ilegítima de la libertad", cuyo monto de condena podría alcanzar la prisión perpetua.
En tanto, el ex jefe de la Agrupación Cuerpos de San Lorenzo, Adolfo Puyol enfrenta dos acusaciones: Fiscalía apunta al delito de encubrimiento y otros, mientras que la querella lo incluye en la misma figura penal que los civiles. A los agentes Jorge Krenz, Gabriel Godoy, María José Galtelli y Aldo Gómez (que están en prisión domiciliaria) les achacan las figuras de encubrimiento agravado por ser funcionarios policiales, sustracción de pruebas, falsedades e incumplimientos.
La causa que comenzó como una búsqueda de paradero tuvo varias idas y vueltas: en septiembre de 2012, el entonces juez sanlorencino Eduardo Filocco procesó a Strumia y a Díaz por haber llevado a Paula a Timbúes contra su voluntad. Tras permanecer presos algunos meses, la Sala 1 de la Cámara Penal revocó el procesamiento y ambos recuperaron la libertad. La Fiscalía elaboró entonces una nueva teoría del caso y en 2015 pidieron la detención de nueve personas.
Sin embargo, tres meses después, el entonces camarista Adolfo Prunotto ordenó las libertades en un fallo que recibió críticas hasta de sus propios colegas, por la falta de fundamentación. Meses después, el juez Carlos Carbone avaló que volvieran a prisión.
"Quiero que me digan dónde están los huesos de mi hija", clama Alberto, quien denuncia que hay un pacto de silencio entre los imputados. En el caso llegó a intervenir el Equipo de Antropología Forense, sin resultados en la búsqueda.
A días del juicio, cuyo tribunal estará conformado por Griselda Strólogo, Mariel Minetti y Alvaro Campos, Alberto asegura: "Mantener una mentira es difícil, mantenerla entre dos lo es más; y mantenerla entre nueve no sé hasta dónde se puede llegar". Durante las audiencias está previsto que declaren unos 200 testigos.
En tanto, el movimiento de mujeres de Rosario y la región acompañó a la familia Perassi durante los últimos años, en el largo camino judicial. "Queremos que la familia esté contenida, para que sepan que Paula somos todas; que la sociedad entera quiere saber qué pasó", dicen. La vigilia comenzará el mismo jueves, a las 6, y buscará sostenerse a lo largo del juicio que podría tener resolución en el transcurso de un mes.